Después de la tarde en el arroyo, Cate invitó a Ava y Abi a su cabaña para pasar el resto del día juntas. El sol comenzaba a bajar, y el clima se volvía más fresco, lo que hacía que la idea de un asado y una chimenea encendida fuera aún más atractiva.
— ¿Les gustaría venir a mi cabaña para un asado? Tengo algunas verduras y podríamos abrir una botella de vino — sugirió Cate, con una sonrisa.
— ¡Nos encantaría! — respondieron Ava y Abi al unísono, felices de prolongar la compañía.
Al llegar a la cabaña, Cate encendió la parrilla y preparó las verduras frescas para el asado. Las chicas ayudaron a preparar una ensalada con tomates y lechugas recién cosechadas. El ambiente se llenó de risas y charlas mientras la comida se cocinaba, y la primera copa de vino pronto se sirvió, brindando por la compañía y el hermoso día.
— ¡Por nuevas amistades! — brindó Cate, levantando su copa.
— ¡Y por más días como este! — añadieron Ava y Abi, chocando sus copas con la de Cate.
La comida fue deliciosa, y la conversación fluyó fácilmente. Con cada copa de vino, las risas se hicieron más fuertes y las miradas más significativas. Cuando la cena terminó, Cate encendió la chimenea, y el calor de las llamas pronto llenó la habitación, creando un ambiente acogedor e íntimo.
— Está haciendo bastante calor aquí, ¿no? — dijo Abi, quitándose la chaqueta.
— Sí, parece que vamos a tener que aligerar un poco — añadió Ava, siguiéndole el ejemplo.
Cate se unió a ellas, quitándose la chaqueta y quedándose en una blusa ligera. La atmósfera se volvió más relajada y un poco más cargada de una tensión agradable. Decidieron jugar a un juego con la botella para mantener la diversión.
— ¿Qué tal si jugamos a la botella giratoria? Pero con un giro: hacemos preguntas sobre el cuerpo humano o adivinanzas sobre verduras. — Insinuando a qué Cate era doctora y ellas sabían más sobre el campo y sus cosechas. — El que falle, se quita una prenda — propuso Ava, con una chispa de travesura en sus ojos.
— Me gusta la idea — aceptó Cate, intrigada.
El juego comenzó de forma inocente, con preguntas sobre anatomía y características de las verduras. Cate demostró ser bastante buena, y pronto Abi y Ava comenzaron a perder varias rondas, quitándose prendas mientras reían.
— Parece que soy bastante buena en esto — dijo Cate, sonriendo mientras giraba la botella de nuevo.
Finalmente, las chicas decidieron que no podían dejar que Cate se quedara completamente vestida mientras ellas se quedaban en ropa interior. Con miradas cómplices, se acercaron a ella.
— No es justo que tú te quedes con toda la ropa — dijo Abi, susurrando en el oído de Cate.
— Sí, debemos equilibrar un poco las cosas — añadió Ava, comenzando a desabotonar la blusa de Cate.
Cate dejó escapar una risa nerviosa, sintiendo el calor en sus mejillas. Las chicas la rodearon, susurrándole cosas dulces y sensuales al oído mientras la despojaban de su ropa. Pronto, Cate también quedó en ropa interior, sintiendo una mezcla de emoción y deseo.
— Eres tan hermosa, Cate — murmuró Abi, acariciando suavemente el brazo de Cate.
— Sí, realmente lo eres — añadió Ava, dejando un beso en el cuello de Cate.
Cate se dejó llevar por las caricias y los besos, sintiendo que se derretía bajo sus toques. Las manos de Ava y Abi eran expertas, moviéndose con suavidad y precisión, despertando cada nervio de su cuerpo. Las palabras susurradas al oído la hacían estremecer, y pronto se encontró sumergida en una mezcla de placer y deseo.
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Emergency de un romance
RomansaEn el corazón del Reino Unido, en la pintoresca ciudad de Cotswold, se desarrollará una historia cautivadora entre la renombrada doctora Cate Blanchett y su alumna Alice Evans. La doctora Blanchett, una eminente académica, ha dedicado su vida a la m...