La última semana había sido excepcional para Cate y Alice. Desde que habían comenzado a pasar más tiempo juntas, algo había cambiado entre ellas, estaban tejiendo algo muy profundo, muy lentamente pero con mucha firmeza.
Alice se encontraba en la cocina de Cate una tarde, preparando café mientras tarareaba una melodía suave. Cate entró en la cocina con una sonrisa, envolviendo sus brazos alrededor de Alice por detrás y depositando un beso suave en su mejilla.
— Te ves muy concentrada. — murmuró Cate, dejando que sus manos se deslizaran suavemente por los brazos de Alice.
Alice se giró hacia ella, devolviendo la sonrisa. — Solo intento que el café esté a la altura de tus estándares. — bromeó suavemente.
Cate rió, una risa cálida que resonó en la cocina. — Nunca he tenido dudas al respecto. — dijo con sinceridad, acercándose para darle un abrazo a Alice.
Desde que decidieron explorar esta nueva dinámica entre ellas, Cate y Alice habían estado actuando cada vez más como pareja. No se besaban en los labios, pero compartían abrazos íntimos, se elogiaban mutuamente y cuidaban una de la otra de una manera que solo los corazones cercanos podían hacer.
Esa noche, Alice se quedó a dormir en casa de Cate, como había estado haciendo varias noches en la última semana. Chloe, ya se había acostumbrado a ver a Alice en casa y con su madre. Al principio, había sido una sorpresa que ambas habían vuelto, pero Chloe, había aceptado felizmente la presencia de Alice en la vida de su madre, y seguían teniendo la misma amistad que siempre.
En el sofá de la sala, las tres compartían una película, con Alice entre Cate y Chloe. Se reían juntas, compartían palomitas de maíz y comentaban la trama de la película como si siempre hubieran sido una familia.
Chloe miró a Cate y Alice con una sonrisa tímida pero genuina. — Estoy feliz de que estén juntas. — dijo suavemente.
Cate le dio un beso en la frente. — Nos alegra que estés aquí con nosotras. — respondió, mientras Alice asentía con cariño.
Esa noche, después de que Chloe se retiró a su habitación, Cate y Alice se quedaron despiertas en la cama, hablando en susurros sobre todo y nada. Era en esos momentos íntimos cuando sentían que su conexión se profundizaba aún más.
Alice acarició el cabello de Cate con ternura. — Estoy contenta de estar contigo. — confesó en voz baja.
Cate la miró a los ojos, su mirada llena de afecto. — Yo también, Alice. — respondió, sintiendo su corazón latir con fuerza en el pecho.
Se abrazaron con suavidad, compartiendo un momento de calma y felicidad que parecía detener el tiempo. No necesitaban más que estar juntas, compartiendo esos pequeños gestos de amor y cuidado mutuo.
Cate tenía psicólogo hoy, caminaba por el pasillo hacia la consulta de Samantha, su psicóloga de confianza. Había estado ansiosa por esta sesión en particular, necesitando desesperadamente hablar sobre lo que estaba experimentando con Alice.
Cuando entró en la sala, Samantha la recibió con una sonrisa cálida. — Hola Cate, qué bueno verte. ¿Cómo ha estado tu semana?
Cate se acomodó en el sofá y suspiró. — Ha sido intensa, Samantha. Alice y yo hemos estado cada vez más cerca formando una relación, pero no hemos cruzado ciertas líneas todavía.
Samantha asintió comprensivamente. — Entiendo. ¿Podrías explicarme más sobre eso?"
Cate jugueteó con sus manos, buscando las palabras adecuadas. — Quiero decir... Alice y yo nos abrazamos, nos elogiamos, dormimos juntas, pero cuando se trata de algo más íntimo, como besarnos o avanzar hacia una relación física más profunda, me siento paralizada por el miedo y la ansiedad.
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Emergency de un romance
Roman d'amourEn el corazón del Reino Unido, en la pintoresca ciudad de Cotswold, se desarrollará una historia cautivadora entre la renombrada doctora Cate Blanchett y su alumna Alice Evans. La doctora Blanchett, una eminente académica, ha dedicado su vida a la m...