A medida que avanzaban las semanas del embarazo, Cate y Alice asistían puntualmente a sus controles con la Dra. Sloan. Cada visita era un momento de emoción y expectación, y Alice siempre estaba a su lado, sosteniendo su mano y brindándole apoyo. En una de esas visitas, ya entrada la primavera, Cate y Alice se encontraron en la sala de espera del consultorio, rodeadas de otras parejas y futuras madres. El ambiente estaba lleno de una mezcla de nervios y alegría.Cuando llegó su turno, la Dra. Sloan las recibió con una sonrisa cálida. — Buenos días, Cate, Alice. ¿Cómo se sienten hoy?
— Un poco nerviosas, pero emocionadas. — respondió Cate, mientras se acomodaba en la camilla para la ecografía.
La Dra. Sloan aplicó el gel en el vientre de Cate y comenzó la ecografía. En la pantalla, las imágenes en blanco y negro comenzaron a tomar forma. La Dra. Sloan frunció el ceño ligeramente, enfocando la pantalla con atención.
— Bueno, tengo una noticia para ustedes. — dijo finalmente, con una sonrisa que no podía ocultar.
Alice y Cate se miraron, sus corazones latiendo más rápido. — ¿Qué sucede? — preguntó Alice, apretando la mano de Cate.
— De acuerdo con esta ecografía, no solo van a tener un bebé... van a tener dos. ¡Son gemelos!
La noticia dejó a Cate y Alice atónitas. Se miraron mutuamente, tratando de asimilar la sorpresa.
— ¿Gemelos? — repitió Cate, sus ojos llenándose de lágrimas de felicidad. — ¿Estamos realmente teniendo gemelos?
La Dra. Sloan asintió, ampliando la imagen en la pantalla. — Así es. Aquí pueden ver a los dos bebés. Están bien, creciendo según lo esperado. Aún es muy temprano para determinar el sexo, pero en unas semanas más podríamos tener una idea más clara.
Alice, con una sonrisa radiante, besó la mano de Cate. — ¡Gemelos, Cate! Vamos a tener dos bebés.
Cate no pudo contener las lágrimas de alegría. — Esto es increíble, Alice. No puedo creerlo.
La Dra. Sloan continuó explicando lo que significaba tener un embarazo gemelar y los cuidados adicionales que serían necesarios. — Cate, necesitarás venir a controles más frecuentes para asegurarnos de que todo vaya bien, pero hasta ahora, ambos bebés se ven perfectamente sanos.
Salieron del consultorio con una mezcla de asombro y emoción. La noticia de los gemelos añadió una nueva dimensión a sus preparativos y sueños para el futuro. Las semanas siguientes pasaron rápidamente. La barriga de Cate crecía más cada día, y la emoción de Alice por convertirse en madre de dos pequeños aumentaba. Empezaron a preparar la habitación de los bebés, escogiendo colores neutros y decoraciones que pudieran ser para cualquier género, ya que aún no sabían si serían niños, niñas, o uno de cada. Cada control con la Dra. Sloan se convertía en un momento esperado con ansias. Aunque no podían identificar el sexo de los bebés todavía, verlos moverse en la pantalla y escuchar sus corazones latir les daba una alegría inmensa.
Una noche, mientras decoraban la casa para la Navidad, Cate sintió una patada en su vientre. — Alice, ven rápido. — dijo emocionada.
Alice se apresuró a su lado y puso la mano en el vientre de Cate. — ¿Los sientes? Están moviéndose.
— Sí. — respondió Cate, con lágrimas de felicidad en sus ojos. — Es como si supieran que estamos celebrando.
La noticia de los gemelos hizo que cada momento fuera aún más especial. Mientras la nieve caía suavemente afuera, y las luces del árbol de Navidad parpadeaban cálidamente, Alice y Cate se sentaron juntas, acariciando el vientre de Cate y hablando sobre el futuro.
— Esta Navidad es realmente mágica. — dijo Cate. — No solo estamos esperando a un bebé, sino a dos. No puedo imaginar algo más perfecto.
Alice asintió, sus ojos brillando con amor y alegría. — Sí, es perfecto. Nuestra familia se está haciendo más grande y no podría estar más feliz.
Con la emocionante noticia de los gemelos y el embarazo avanzando, Cate decidió que era el momento de enfocarse completamente en su salud y en el futuro de su familia. Aunque amaba su trabajo en el hospital, sabía que necesitaba tiempo y tranquilidad para prepararse para la llegada de sus bebés. Una mañana, mientras se acomodaban en el sofá después del desayuno, Cate miró a Alice con una expresión decidida. — Alice, he estado pensando mucho en esto. Quiero ausentarme del trabajo hasta nuevo aviso. Quiero enfocarme en el embarazo, en aprender todo lo que pueda para ser una buena madre.
Alice asintió, comprensiva. — Eso suena como una gran idea, Cate. Tu salud y la de los bebés son lo más importante ahora. Además, con todo lo que tenemos que preparar, será bueno que puedas dedicarte por completo a ello.
— Exactamente. — respondió Cate. — Tengo suficientes recursos para tomarme este tiempo libre. Quiero leer libros sobre embarazo y crianza, asistir a clases prenatales y simplemente disfrutar de este tiempo especial.
— De acuerdo Cate, te apoyo en todo. — La tomó de las manos suavemente. — Pero debes calmarte, sé que es difícil y te da mucha ansiedad. — acaricia sus manos y las besa. — pero cariño, lo hiciste excelente con Chloe.
— ¿Tú crees...? Olvídalo, tiene razón, no queremos unos niños ansiosos. — Cate sonrió aliviando el asunto y beso a Alice.
Cate era extraordinariamente rica, algo que le permitía tomar decisiones sin preocuparse por las finanzas. Aunque Alice también tenía una buena cantidad de dinero, lo de Cate era de otro nivel. Esto les daba una tranquilidad adicional, permitiendo que Cate se enfocara en su bienestar y en la preparación para ser madre. El proceso de pedir la ausencia fue sencillo. Su jefe entendió la importancia de su decisión y le dio todo su apoyo. Con eso resuelto, Cate se sumergió en su nueva rutina con entusiasmo. Compró una pila de libros sobre embarazo, crianza de gemelos y desarrollo infantil, y se inscribió en varias clases prenatales que ofrecían una combinación de yoga, meditación y educación sobre el parto.
Alice, por su parte, seguía trabajando en el hospital, pero se aseguraba de pasar todo el tiempo libre posible con Cate. Las noches las pasaban leyendo juntos, planificando y soñando sobre el futuro.
— Deberíamos hablarle más a los bebés, ya que ellos pueden reconocer la voz de su madre. — dijo Cate una noche, leyendo un pasaje de uno de sus libros.
Alice sonrió y puso su mano en el vientre de Cate. — Entonces tendremos que hablarles mucho para que también reconozcan mi voz.
Cada día era una mezcla de aprendizaje y alegría. Cate asistía a sus clases, practicaba técnicas de relajación y se aseguraba de mantener una dieta saludable. También se permitía algunos antojos, con Alice siempre dispuesta a consentirla.
— Te mereces todos los mimos del mundo. — decía Alice cada vez que salían a buscar un helado o un antojo nocturno.
El tiempo pasó rápido, y con cada semana, la emoción por la llegada de los gemelos crecía. Una tarde, mientras decoraban la habitación de los bebés, Cate se detuvo y miró a Alice con una sonrisa serena.
— Estoy tan agradecida por tener este tiempo para prepararme. — claramente sus hormonas estaban tomando el control de su cuerpo, prácticamente veía todo color rosa. — Sé que no todas las madres tienen este lujo, y quiero aprovechar cada momento.
Alice la abrazó, besando su frente. — Estamos haciendo lo mejor que podemos, Cate. Nuestros hijos tendrán todo el amor y el cuidado que podamos darles.
La casa estaba decorada para las fiestas, el árbol de Navidad resplandecía con luces y adornos, y el espíritu navideño llenaba cada rincón. Cate se había vuelto una experta en todo lo relacionado con el embarazo, y su tranquilidad y felicidad eran evidentes. Mientras la nieve caía suavemente fuera de la ventana, Alice y Cate se acurrucaron en el sofá, viendo las luces parpadear en el árbol de Navidad.
— Este tiempo ha sido increíble. — dijo Cate, acariciando su vientre. — No puedo esperar para conocer a nuestros pequeños y empezar esta nueva aventura.
Alice la miró con amor. — Me pasa lo mismo, quiero nuestros minis humanitos, sus minis caritas, sus mini manitos. — Alice estaba tan encantada con el embarazo. Todo iba de maravilla.
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Emergency de un romance
RomanceEn el corazón del Reino Unido, en la pintoresca ciudad de Cotswold, se desarrollará una historia cautivadora entre la renombrada doctora Cate Blanchett y su alumna Alice Evans. La doctora Blanchett, una eminente académica, ha dedicado su vida a la m...