Capítulo 42

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Cate llegó a su casa sintiéndose eufórica después de la noche de celebración con Irina. Había bebido más de lo usual, pero no le importaba. Se sentía libre y llena de posibilidades. Al entrar, trató de hacer el menor ruido posible para no despertar a Chloe, su hija que estaba estudiando intensamente para su examen de derecho.

Mientras Cate se quitaba los zapatos en el vestíbulo, oyó pasos suaves en la escalera. Chloe, adormilada y con el pelo despeinado, bajaba en pijama, frotándose los ojos.

— Mamá, ¿dónde andabas? — preguntó Chloe, bostezando y tratando de enfocar la vista.

— Oh, Chloe... No quería despertarte — dijo Cate, tratando de sonar sobria, aunque la embriaguez era evidente en su voz — Fui a celebrar mi... mi divorcio con Irina.

Chloe, que apenas estaba despierta, de repente se puso más alerta.

— ¿Divorcio? — repitió, mirando a su madre con una mezcla de sorpresa y preocupación.

— Sí, cariño. Soy una mujer libre ahora — dijo Cate, con una sonrisa torcida mientras se dejaba caer en el sofá.

Chloe se sentó a su lado, tratando de asimilar la información. A pesar de estar cansada, la preocupación por su madre superó su somnolencia.

— ¿Y cómo te sientes? — preguntó, mirando a Cate con ojos inquisitivos.

— Me siento bien, Chloe. Realmente bien. Pero hay algo más que necesito decirte... Algo que he estado guardando por un tiempo — Cate hizo una pausa, su mente nublada por el alcohol, pero decidida a confesar.

— ¿Qué pasa, mamá? — preguntó Chloe, su tono lleno de curiosidad y preocupación.

Cate tomó aire, sabiendo que tenía que ser honesta.

— Chloe, yo... estuve saliendo con Alice. No te lo dije porque... tenía miedo de que dejaras de ser su amiga y de que me odiaras a mí.

Chloe se quedó en silencio por un momento, asimilando lo que acababa de escuchar. Su mejor amiga, Alice, y su madre, juntas. Era una revelación impactante.

— ¿Con Alice? — repitió Chloe, su tono incrédulo — ¿Mi mejor amiga Alice?

— Sí, Chloe. Lo siento tanto por no habértelo dicho antes — dijo Cate, sus ojos llenos de preocupación.

Chloe respiró hondo, su mente corriendo mientras trataba de procesar la noticia. Primero, sintió una oleada de enojo.

— ¡No puedo creer que Alice no me lo haya dicho! — exclamó, levantándose del sofá y empezando a pasear por la sala — ¿Cómo pudo ocultarme algo así?

Cate bajó la cabeza, sintiéndose culpable.

— Sé que estás enojada, Chloe. Pero por favor, no odies a Alice. Fue una decisión mutua mantenerlo en secreto, más bien yo le dije que veía ser en silencio.

Chloe se detuvo y miró a su madre. Lentamente, la ira empezó a desvanecerse, reemplazada por una comprensión más profunda. Se acercó y se sentó de nuevo junto a Cate.

— No te odio, mamá. Y no odio a Alice. Solo... desearía que me lo hubieran dicho. Pero... estoy feliz por ti. Si Alice te hacía feliz, entonces me alegra que la tuvieras en tu vida.

Cate sonrió con alivio, pero su expresión se volvió seria de nuevo.

— Gracias, Chloe. Pero hay algo más... Alice y yo ya no estamos juntas. Ella tiene una nueva persona en su vida. Es mi colega, París.

Chloe asimiló esta nueva información, sintiendo una mezcla de emociones. Finalmente, suspiró y sonrió un poco.

— Mamá, mereces ser feliz. Y aunque esto es un poco raro para mí, quiero que sepas que siempre te apoyaré.

Emergency de un romance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora