La atmósfera de la habitación estaba impregnada de una mezcla de pasión y tensión mientras Cate y Alice se relajaban después de una sesión intensa de sexo. El suave resplandor de la luna se filtraba a través de las ventanas, iluminando ligeramente el espacio íntimo que compartían. Ambas mujeres se recostaron en la cama, aprovechando el tiempo para hablar bajo el manto estrellado de la noche.
— Cariño, nadie me lo hace como tú, me encantas demasiado — susurró Cate, envolviendo a Alice en un abrazo cálido mientras colocaba una pierna sobre el regazo de la castaña.
Alice, con la mirada perdida en las nubes, se sintió abrumada por la profundidad de las palabras de Cate. Aunque apreciaba sus gestos de cariño, no pudo evitar sentir un nudo en el estómago al darse cuenta de que su relación parecía estar centrada principalmente en el sexo.
— Sabes, Cate... — comenzó a acariciar suavemente el brazo de la rubia, buscando las palabras adecuadas para expresar sus sentimientos. — Guárdame en el lugar más inolvidable, porque si algún día no estoy para ti, quiero estar presente en ese rincón que reservaste para mí.
Cate se sorprendió por la seriedad en la voz de Alice y la miró con atención, tratando de entender el significado detrás de sus palabras.
— ¿Por qué dices eso, cariño? — preguntó con preocupación, deseando comprender los pensamientos de su castaña.
— La vida da muchas vueltas, y sé que tú solo quieres disfrutar del momento conmigo, y está bien, lo acepto — respondió Alice, con una mezcla de resignación y aceptación en su tono de voz.
Cate sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar las palabras de Alice. Se dio cuenta de que había dejado pasar demasiado tiempo sin expresar sus verdaderos sentimientos y temía perder a la persona que había hecho que su vida tuviera un sentido.
— Alice, por favor, déjame explicarte — suplicó Cate, sintiendo la urgencia de abrir su corazón y ser honesta. — Primero, no eres solo un pasatiempo para mí — agregó, inclinándose para besar suavemente los labios de Alice en un gesto de amor sincero.
Pero antes de que Cate pudiera continuar, Alice la interrumpió, negándose a escuchar más palabras vacías o excusas sin sentido. En cambio, decidió tomar las riendas de la situación, buscando la conexión física para aliviar la tensión emocional que pesaba sobre ellas.
Sin embargo, a medida que el deseo se apoderaba de ellas y se entregaban al placer del momento, ambas mujeres sabían que había más en juego que simplemente satisfacer sus deseos físicos. En el fondo de sus corazones, anhelaban una conexión más profunda y significativa, una en la que pudieran compartir sus verdaderos pensamientos, temores y esperanzas sin miedo al rechazo o la incomodidad.
Mientras Alice se levantaba para pedir servicio a la habitación y preparar el jacuzzi con burbujas, Cate recibía el servicio a cuarto, el cual era todo un bufete afrodisíaco. La mesa estaba repleta de delicias tentadoras: fresas bañadas en chocolate, ostras frescas, trozos jugosos de mango y piña, junto con una selección de vinos exquisitos y champagne.
— ¡Vaya, esto es todo un festín! — exclamó Cate, admirando la variedad de alimentos dispuestos ante ella.
— Quería asegurarme de que tuvieras una experiencia verdaderamente sensual esta noche — dijo Alice, regresando con una sonrisa pícara mientras llevaba consigo algunas velas perfumadas para crear el ambiente perfecto.
— Pues has logrado tu objetivo, corazón — respondió Cate, levantando una fresa cubierta de chocolate y ofreciéndosela a Alice con una mirada llena de deseo.
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Emergency de un romance
RomanceEn el corazón del Reino Unido, en la pintoresca ciudad de Cotswold, se desarrollará una historia cautivadora entre la renombrada doctora Cate Blanchett y su alumna Alice Evans. La doctora Blanchett, una eminente académica, ha dedicado su vida a la m...