Capítulo 61| Las 5 etapas del duelo
Elisabeth Kübler Ross describió uno de los modelos psicológicos más celebres en todo el mundo. Los cinco estadios del duelo. Son la negación, la ira, la negociación, la depresión y por último la aceptación. La mayoría de las personas lo conocen y piensan que puede ser ante la muerte de un familiar, pero también puede ser por la ruptura amorosa o de tus ilusiones.
También, gran parte de la gente cree que tiene ese orden y que sigue esa conducta lineal, pero eso no es así siempre. Los psicólogos pueden aplicar que el orden de los factores no altera al producto. Lo único que nunca cambiará de lugar será el último, que es la aceptación. Porque bueno, se supone que ya en ese momento deberías haber superado el mismo.
El día jueves llegó y no sabía cómo. Yo no valía mucho a decir verdad. Estaba cansada, pero al menos había rendido en todo lo que me perdían. Con el entrenamiento previo de Stone, Temple fue casi sencillo. Destaquemos la palabra casi, porque no es que descansaba mucho diariamente, pero tampoco fue como la primera semana que tuve a la piedra como jefe.
Me descubría pensando en Gabriel más de lo que quería admitir, había llorado hasta secarme y ahora iba por una de esas etapas del duelo. Ya había estado en depresión, negación y ahora me hallaba iracunda. Lo odiaba con todo lo que era. ¿Cómo me pudo haber dañado a mí? ¿Cómo?
Yo no merecía ese trato tan desgraciado que recibí, al menos si me iba a cortar, que hubiese tenido más tacto. Y lo hubiese hecho antes de que nos descubrieran. Pero no, me dio el fin de semana más maravilloso para luego sacarme de su vida como un zapato viejo posterior a las humillaciones recibidas cuando todo mundo se enteró.
Lo odiaba tanto como lo amé.
Sí, aquí es cuando descubría que las clases de psicología si tenían algo de bueno y que no era solo cháchara. Debo admitir, que cuando veía eso y me hablaban de las teorías freudiana y pavloviana solo quería dormirme.
Pero ahora sabía que si quedó algo en mi cerebro de todo eso y que la educación que mi padre invirtió no estaba del todo perdida.
Llegué al hospital a la hora acordada. Me coloqué la bata sobre la ropa casual que llevaba. Había tenido que hacer compras porque yo no era de ese tipo de personas que tenía un gran guardarropa y desde que tenía a Temple como jefe no podía hacer uso de mis uniformes. Cosa que no me gustaba, ya que un uniforme siempre era lo mejor del mundo.
Gente y sus comportamientos arcaicos.
Al menos no había tenido nada que ver con la perra de Annabelle. Al parecer cuando se fue su premio ansiado, ella también decidió ausentarse. Por mí si quería buscarlo a América, no me importaba. Que aprovechen los dos.
Me senté en la mesa de residentes, estaban mis compañeros que iban a entregar la guardia y ninguno me miraba o al menos directamente y solo recibía vistazos de reojo. Yo me dediqué a actualizar el censo y revisar que todos mis pacientes estuvieran bien para la revista de la mañana. Memoricé todos los datos porque sabía que me tocaría presentarlos.
Ninguna persona me hablaba, ni las enfermeras, ni los de laboratorio, ni siquiera los de rayos x. Solo mantenía conversaciones profesionales. Me habían hecho una leprosa, peor que cuando exploté aquella vez en el cafetín y dije ese poco de bestialidades sobre Stone.
Me había hecho amiga de los audífonos. En este momento me perdía entre la música de Imagine Dragons. Sus letras tenían algo que me hacían sentir fuerte y era lo que necesitaba en este momento. Podía notar las miradas de soslayo y que hablaban bajo de mí. Comenzaba a acostumbrarme a esto.
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Malas Enseñanzas
Любовные романыSe suponía que todo iba a ser sencillo. "Se suponía" Pero como siempre, todos mis planes eran una porquería. Yo comenzaría mi residencia médica y terminaría mi especialidad, mis metas iban viento en popa y era lo mejor de todo. Haría lo que fuese n...