Capítulo 64| El tiempo es la mejor respuesta
AÑO Y MEDIO DESPUÉS
—Doctora Taylor, aquí está el electrocardiograma. El paciente ha mejorado con la medicación, el dolor precordial ha disminuido.
Asentí. —Bien, Michael. Termina de revisar a los pacientes de tu habitación y quiero que me des utun resumen al terminar el día. Yo lo completaré con lo que yo vea. Después puedes irte a casa.
Él sonrió y yo le devolví la misma.
—Está bien, doctora—seguí revisando a todos los pacientes de mi sala. Recibiendo todos los resúmenes de cada uno de mis compañeros.
—¿Cómo está la mejor jefe de residentes del mundo? —mi mejor amigo abrió la puerta trayendo la luz.
—Al borde de un colapso nervioso como siempre —le dije a Elijah—. No sé quién demonios me dijo que aceptara este puesto. Estaba loca cuando dije que sí.
—Temple dijo que serías tú. La única que ha podido soportarlo sin morir en el intento. Eso es lo que tiene ser tan malditamente buena en tu trabajo. Acostúmbrate.
Puse los ojos en blanco. —Extraño a la yo mediocre —dije comiendo de mis nueces para poder mantenerme con vida sin morir de una hipoglucemia—. Quiero dormir.
—Solo siete meses más, Very y podrás dormir todo lo que quieras.
No me quedó más que asentir.
En un día pueden pasar muchas cosas, en casi dos años más. Yo estaba en mi último año como residente de medicina interna. A tan solo siete meses de poder despedirme de estudiar como una desgraciada y de las incontables guardias que debía hacer.
Ya había recibido la propuesta de ser adjunta del servicio, pero aún no había tomado la decisión. Mis primeras experiencias en este hospital no fueron las más memorables y pese a que ha pasado dos años y tanto desde que entré aquí y que las cosas fueron yendo un poco mejor. Salía con amigos de otros servicios, y me destacaba en lo que hacía, me era complejo decidir lo que iba a hacer.
No quedaba nada de la Avery que corrió como una loca en su primer día por haber llegado tarde.
Las situaciones que viví en ese año me hicieron madurar, había cambiado mucho y me sentía contenta con la mujer en la que me estoy convirtiendo. Puede que me falte mucho por aprender, pero me sentía bien
Y no, no ha existido nadie desde Gabriel.
No porque le esté guardando luto o algo así, sino porque mental y emocionalmente no me hallaba lista. No niego que si he pensado en él que hay día en que sueño cuando estaba a su lado, pero no me he vuelto a echar a morir. Lo que era una victoria en toda regla.
Tampoco he sabido de él. No volvió a Canadá desde esa última vez que lo vi en su consultorio. Podría estar casado y yo no lo sabría. Tener una familia y yo todavía pensaba en lo que vivimos.
Menos mal que no lo había visto hacer esas cosas, porque sí lloraría. No podría negarlo.
Mi padre si lo hizo, lleva poco más de un año con la mujer con la que salía, lo que me hacía enormemente feliz. Él se merecía eso y más. tenía una pareja que era su compañera y eran hermosos juntos. Tanto que ya no lo iba a visitar mucho por miedo a encontrar una escena incómoda.
Me pasó una navidad y no quiero repetir la experiencia. Fue terrible.
Le conté lo que pasó con Gabriel unos meses después de pasar a mi segundo año. Debo decir que estuvo muy decepcionado de mí por ello, pero al final me abrazó y me dijo que no importaba nada, solo yo. Y que no debí pasar ese momento sola. Por eso es que lo amaba tanto.
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Malas Enseñanzas
RomanceSe suponía que todo iba a ser sencillo. "Se suponía" Pero como siempre, todos mis planes eran una porquería. Yo comenzaría mi residencia médica y terminaría mi especialidad, mis metas iban viento en popa y era lo mejor de todo. Haría lo que fuese n...