Capítulo 63

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Capítulo 63| Como díría doctorHouse: "No todo es lupus"


El sistema nervioso cuando está en una situación de estrés libera un montón de mediadores biológicos que actuarán tratando de que tú organismo se adapte a dicho momento de locura, de miedo.

Se activa un sistema importante, el sistema nervioso autónomo, específicamente el simpático de este. Lo que conlleva a que se activen algunas estructuras en el cerebro accionando el eje hipotálamo – hipófisis - adrenal para poder llevar a cabo una respuesta supuestamente adecuada para poder solventar dicho momento.

Se liberan hormonas a través del hipotálamo que por medio de un trayecto sanguíneo corto que va de arriba hacia abajo llega a la hipófisis, que activarán y segregarán otra hormona que al final serán las que vayan a la glándula suprarrenal para poder liberar adrenalina, noradrenalina y cortisol las que serán protagonistas en todo el proceso.

Estas son las que se encargarán de elevar la presión sanguínea, aumentar la respiración, redireccionarán la sangre para los sitios que más lo necesitemos, además hace que se libere glucosa para la energía y puedas moverte, además de relajar los esfínteres. Una cosa tonta esto último, porque no quieres ir con ganas de hacer pipi o popó mientras huyes de un problema, pero según se dice que para cargar menos peso.

No puedo entenderlo.

La cosa es que ese sistema y yo siempre nos hemos entendido. He sido una persona ansiosa toda mi vida, mis manos tiemblan, me da taquicardia e hiperventilo cada vez que estoy ante lo que mi cerebro identifica como peligro. Alerta de Spoiler, a veces ni siquiera hay peligro real, pero ahí está queriendo ser gobernado por la amígdala. Sí, la que está en el cráneo y encargada del miedo.

Se suponía que el día de hoy sentiría una especie de mortificación, al punto de no querer ni comer, mucho menos beber algo. Siempre que tenía alguna evaluación eso pasaba. Era un manojo de nervios por lo general.

Pero hoy no.

Mi sistema parasimpático, el contrario es quien estaba gobernando hoy.

Hoy estaba tranquila, como si no estuviera a punto de definirse todo. Como si yo no tuviera sobre mí a todos esperando que yo cayese.

Tal vez eran las últimas semanas tan demandantes, quizás era el montón de cosas que me habían pasado en los pasados días, pero hoy como nunca me sentía aletargada. Solo quería terminar la evaluación. Me sentía tan agotada que ni siquiera podía estresarme como normalmente he hecho.

Hoy se definía si continuaba o no al segundo año.

Presenté mi examen teórico hacía dos días. Cuyo examen aún no tenía la nota, pero respondí todo. Hoy presentaba mi oral el cual era más complejo y tenía muchísima más ponderación. Me pondrían casos clínicos a los que tenía que responder perfectamente.

Esperaba que todo este año sirviera para algo.

Decidida a que nada podía salir mal, me vestí con un vestido azul celeste que desde que lo vi me enamoré. Me llegaba por debajo de la bata y era manga larga, con mis sandalias de tacón blanco me hacía sentir sexi.

Me hice una pequeña diadema con mi propio pelo y lo dejé suelto en la espalda. Me maquillé sencilla y calcé mis zapatos de tacón

No me reconocía cuando me miré en el espejo. Parecía casi normal, como si no hubiese tenido un mes de mierda. Mis ojeras no se notaban por la capa de maquillaje, me veía bonita. me sentía de esa forma, y aproveché la sensación porque no eran muchas que yo pudiera sentirme de esa manera.

Malas EnseñanzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora