Capítulo 73

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Capítulo 73| Transparente


Las palabras se repetían como un eco, Gabriel había perdido el control de sus emociones y noté sus ojos llenos de lágrimas que no derramaba. Un infierno desatándose en su interior. El contexto lo desconocía, no sabía qué había pasado, pero de algo estaba segura, él no había matado a su mujer.

—Debo irme, tengo que evaluar a Hill antes de llevarlo a quirófano.

—Gabriel...—intenté llamar, pero se había cerrado. Justo como cuando yo le reclamaba porque no hablara, pero esta vez era distinto. Él necesitaba estar solo. Y eso era algo que no podía cambiar por mucho que necesitara respuestas.

Quería ocultarse por el dolor.

Dejó la llave sobre la mesa y salió de mi casa. Posiblemente de mi vida. lo más probable es que luego de esto, no lo volviera a ver. Y yo necesitaba saber sobre esas cosas que nunca hablamos. Quería saber todos los motivos de su regreso. No porque fuéramos a volver o algo parecido, sino para darle el cierre que debíamos tener. Que ambos merecíamos.

Aunque pensar en no volverlo a ver me dolía como si me estuvieran clavando un puñal en el sitio donde estaba mi corazón.

Para mí Gabriel era una persona que se había metido en mi alma, no sería fácil olvidarlo, pero sabía que cualquier cosa podría pasar. Y me dolía pensar en la posibilidad de que él alguna vez me amó y que eso se hubiese perdido. Una relación que no pudo llegar a nada por todo lo que estábamos viviendo. Por el miedo.

Pero si lo mejor era alejarnos, tal vez no estábamos destinados a estar juntos. Al menos no en esta vida.

No por ello no significaba que no me lastimaba, o que no lo quería. No, a Gabriel yo lo seguía amaba como la última vez que lo había visto. Nunca dejé de pensar en él.

Intenté desentrañar toda esa conversación, palabra por palabra, ver fallas, esperanzas y rabia, pero no estaba pensando con claridad. Yo realmente estaba agotada. Y necesitaba el descanso con celeridad para poder poner todo en perspectiva.

Mi cuerpo estaba pidiendo clemencia. Eran más de un día sin dormir y pese a que quería mantenerme despierta, mi cansancio era fuerte. Me encontré con la comida que me había dado y comí en contra de lo que quería, pero que debía porque si no volvería a estar mal.

Me duché y tan pronto como mi cabeza tocó la almohada me quedé dormida. Solo que mi mente estuvo plagada de sueños y pesadillas que sabía que no me dejarían hasta que ambos diéramos el paso.

*****

El timbre sonó y me hizo despertarme con el corazón acelerado. Mi habitación estaba por completo a oscuras y mi despertador marcaba las diez de la noche. No sabía cómo es que había dormido tanto tiempo.

El timbre volvió a repicar y yo me levanté de la cama para cepillar mis dientes y lavar mi cara para desperezarme. La insistencia en la puerta era mucha y yo me preocupé. No era normal que me tocaran así a menos que algo hubiese ocurrido.

Mi teléfono estaba sin batería.

Mierda.

Lo puse a cargar mientras que el timbre volvía a sonar. —Voy.

Corrí rumbo a este y al mirar por la mirilla noté que era Elijah. —¿Qué pasa? ¿Qué haces aquí tan tarde? ¿Hill está bien?

—Todo salió bien en su cirugía, pero no estoy aquí por eso. —enseguida me preocupé de que hubiese pasado algo—. No Very, no es nada malo. Aunque no sé cómo te lo vayas a tomar. Es importante que lo sepas.

Malas EnseñanzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora