Malas Enseñanzas

Capítulo 65

Capítulo 65| Corazón bajo anestesia

Me levanté la mañana siguiente sintiéndome un poco culpable. Había dicho que sí a Robert, pero al recordar que la noche anterior me puse exploratoria con mi cuerpo con una sola persona en mente y la misma de siempre no me sentó bien en el estómago. A veces odiaba ser yo.

Me vestí con ropa deportiva para ir rumbo al gimnasio. Al menos el día de hoy la guardia se entregaba más tarde, lo que me permitía dormir un poco más.

Tomé mi desayuno y salí de casa. Como me enseñó, Alex, usaba este tiempo para no pensar en el hombre que no quería. Al final fue una cosa que usé para poder dormir, una actividad para que también regulara mis niveles de glucosa. Cuando terminé ese año, me dije que no quería ser la misma chica de siempre que se sentía insegura para todo.

Mi cuerpo tenía cicatrices, esas no se cambiarían jamás, pero eran la prueba de que yo estaba con vida.

Cuando hice toda mi rutina de pierna, salí de allí con energía a ducharme y cambiarme por mi uniforme. Al mirar mi teléfono noté que tenía un mensaje de Robert preguntó que cómo estaba y que no esperaba verme esta noche. Ahorita sentía que el arrepentimiento quería llegar a mí, pero me dije que no. Lo mejor es que saliera de ello, que viera si eso podía llegar a algo más.

Llegué al hospital y me entregaron la guardia. Escuché sobre todo los pacientes que se ingresaron nuevos y pedí los pendientes. Di de alta a los que se podían ir, dejé en observación a los que no.

Después de que todo estuvo listo, mis residentes se pusieron a evolucionar a los pacientes críticos y fueron ayudados por los internos. Mientras ellos hacían eso, yo me puse a leer un tema para un examen mientras comía mi desayuno.

Mi teléfono comenzó a sonar y yo contesté rápidamente. Era temprano todavía. —Doctora Taylor.

—Sí —respondí sin reconocer la voz femenina.

—La llamo del servicio de emergencia. El doctor Hill acaba de sufrir una convulsión. Vamos rumbo al hospital. Estamos a diez minutos.

Mierda.

El director del hospital acababa de perder la conciencia. Eso no era bueno. Todo el hospital dependía de él. Esto era un desastre de tamañas proporciones.

—¿Cómo está? Dame sus signos.

—Creemos que tuvo una emergencia hipertensiva con daño órgano blanco cerebro. Sus cifras tensionales están elevadas y no ha reaccionado aún.

Joder.

—Avisaré a los especialistas para que estén en la entrada cuando lleguen. Llámeme cualquier cosa.

Los residentes me miraron. —El director de hospital fue encontrado con una crisis convulsiva. Tenemos que llamar a todos los servicios y que estén listos para recibirlo. Necesito su total ayuda.

—Entendido, doctora —me dijo Michael.

Llamé a Cardiología y neurología, cuando la ambulancia llegó noté que volvía a convulsionar. —Ponle 10 miligramos de diazepam —indiqué a la enfermera—. Deja una bomba de infusión con nimodipino. Monitorea la tensión arterial que no baje demasiado rápido. Examen de glicemia, electrolitos, soliciten para hacer una tomografía de inmediato. Hay que descartar que no sea por otra cosa.

Mientras hacían lo que pedía, miré a los paramédicos. —¿Dónde lo encontraron?

La chica que supongo que me llamó contestó. —Su esposa nos llamó diciendo que había perdido la conciencia y posterior a ello comenzó a convulsionar.