Capítulo 57:
El silencio es la peor mentira
Llegué al hospital esa mañana. Luego de mi fin de semana con Gabriel me sentía intranquila, debería ser al contrario porque habían sido días maravillosos a su lado, pero lo único que yo podía pensar fue en ese descubrimiento que tuve. Pero cada vez que él se daba cuenta de mi mutismo, hacía cualquier cosa para distraerlo y mi cuerpo fue el sacrificado para la tarea.
No podía dejar de tocarlo, de amarlo de esa manera. sabía que las cosas cambiarían en los próximos días. Que todo mudaría a un futuro por completo desconocido. Faltaban quince días para que me dieran mi ascenso y estaba nerviosa por todo. Tan pronto como Gabriel me dejó en casa llamé a Elijah para que viniera y me escuchara. Él tuvo que oír todo mi llanto y desesperación, ser mi consejero en ese momento.
Me dijo que debía decírselo, pero para mí eso no era nada fácil. El tipo fue muy elocuente de decir que no quería que tuviera sentimientos por él. ¿Cómo llegaba yo y le decía? "Sabes qué Gabriel, me pasé por donde no da el sol tu advertencia y me enamoré de ti. ¿Nos juntamos?" no, me daría una patada en mi trasero y yo tendría que irme con mi corazón roto para otro lado.
Además, que teníamos la cosa que yo debía presentar mi examen. Eso sería más pronto que tarde y el terror de no pasar podía conmigo. Yo ya no me veía haciendo esto en otro lugar, pese a que tenía a la muñeca diabólica buscando entre la basura para perjudicarme, me gustaba estar aquí.
Firmé mi entrada y fui directa a revisar a los pacientes que entraron en el fin de semana y leer las evoluciones. La sala estaba lista para la revista, pero por primera vez no me encontraba nerviosa de hablar, sino de todo lo que estaba pasando en mi vida personal.
Iba tan distraída que casi me choqué con Temple. Bajé la guardia y lo miré. —Lo lamento, Doctor.
—No hay problema, Taylor. Veo que estás revisando todo antes de iniciar, así me gusta. —me dio un asentimiento y una palmada en el hombro, supe que me había ganado su reconocimiento. Lo que me hizo sentir feliz. Yo estaba dando el todo por el todo por mi residencia. Sin embargo las cosas podrían irse a la mierda por mi relación con mi tutor.
Ese pánico no se iría nunca.
Faltaba poco tiempo para que yo pudiese respirar de nuevo. Desde que nos besamos por primera vez yo me la había pasado así. Intranquila. No sabía qué ocurriría, si de verdad él querría seguir con lo que sea que fuese esto o se acababa porque ya la novedad había pasado.
Eso ultimo me dejaba bastante mal y por el suelo.
Terminé de revisar todo y volví a la sala de residentes. Como había llegado temprano y no se necesitaba mi ayuda me puse a leer un nuevo estudio que había salido en mi computadora. Tenía los audífonos y me sobresaltó cuando vi que alguien puso un café delante de mí.
Al alzar la mirada me encontré con Gabriel. Y tuve miedo de que él pudiese ver todo el amor que sentía por él con tan solo verme. Lo quería tanto que parecía que todo de mí podría decírselo. Desde mi manera de mirarlo, hasta como respiraba.
—Buenos días, Taylor.
Me había traído un café y yo estaba a nada de hacer babas en forma de corazón. este hombre era todo lo que yo pude soñar y más. Pero solo había dos detalles en medio. Era mi profesor y que no podía amarlo.
Qué tan mierda tuve que ser en mi pasado para que me pasara esto a mí.
Cuando lo conocí nunca imaginé que pudiese sentiría esta miríada de cosas por él. Si hasta creí que le odiaría toda la vida por la forma en que me trató esos días. Pero fui descubriendo esas cosas que mantenía ocultas, la dulzura que había en medio de su rudeza y caí sin poder detenerlo.
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Malas Enseñanzas
RomansaSe suponía que todo iba a ser sencillo. "Se suponía" Pero como siempre, todos mis planes eran una porquería. Yo comenzaría mi residencia médica y terminaría mi especialidad, mis metas iban viento en popa y era lo mejor de todo. Haría lo que fuese n...