Capítulo 74

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Capítulo 74| Principio de Parsimonia


En la ciencia existe un máxima que se le conoce como la navaja de Ockham. El mismo reza que "la explicación más simple suele ser la más probable". Esto se utilizaba mucho cuando hay dos teorías con igualdad de condiciones y se debía tener una sola en consenso. Entonces se escogía aquella que relatara de forma más sencilla el hecho. Y esa era la correcta. Esto permitía a los científicos crear modelos teóricos de forma menos compleja. Nosotros en medicina la practicábamos mucho, a veces en pacientes que tenían la posibilidad de padecer una enfermedad, pero que tenía comportamientos o clínica similar a otra. Entonces se decidía que aquella que era más franca era la que nos daba el diagnostico.

Cuando leí dicha apología filosófica siempre me causó curiosidad. Un profesor de la facultad nos la mandó a investigar solo para dar una clase. Pero me gustó tanto que quedó para siempre guardado en mi cerebro. Al mejorar en la residencia se formó prácticamente mi día a día. Hacía más fácil para hacer bien mi trabajo.

Sin embargo, el día de hoy la estaba meditando en otro sentido. El personal. Tenía ante mí dos hipótesis, dos historias y pensamientos que tenían igualdad de variables. La primera, esa que se mostró en el momento donde ocurrió todo, donde Gabriel se alejó de mí por motivos que aún desconocía, y la otra, la dicha por mi amigo y su nueva amiga cotilla en donde explica que se alejó de mí porque quería salvarme. Cualquiera de las dos podría ser, pero solo una de ellas era la correcta.

Todo eso lo medité mientras mi amigo Elijah conducía rumbo a la que había sido la casa de Gabriel en el pasado. Ni siquiera sabía si se había mudado, pero tenía que buscarlo en los sitios en los que coincidíamos. Porque no sabía dónde empezar.

—¿Y si solo estoy imaginándome cosas y de verdad él no quería estar conmigo? —pregunté en voz alta y no quería respuestas, pero sabía que Eli lo contestaría igual.

—Bueno, solo lo sabrás si le preguntas y hablan. De ser así como dices, saldrás de su vida para siempre y cerraras este tema. Es el paso que necesitas para ser feliz.

Como siempre, Eli siempre sabía qué decir. Nunca desacertaba y yo, aunque no lo escuchaba todo el tiempo y cometía mis errores pese a que me lo advertía, valoraba cada uno de esos momentos.

Me volvía a quedar en sencillo, la casa de Gabriel era alejada de la ciudad lo que me dejaba perdida en mis pensamientos. En mis recuerdos. También imaginando los "Y si" De meditar como habría sido mi vida si él me hubiese dicho sus sentimientos ese día cuando nos separamos. O si nadie hubiese descubierto nada ¿Estaríamos juntos todavía?

Yo seguía enamorada de él. Como el primer día, eso no había mudado en lo absoluto. No sabía si él guardaba algún tipo de sentimiento por mí, pero como Eli había dicho, debíamos tener esta conversación. Una que solo sería el inicio de algo. ¿De qué? No lo sabía, pero estaba aterrada.

Aún se me hacía imposible de creer el hecho de que Gabriel me hubiese querido. El hombre era una muralla, nunca mostraba nada de lo que pasaba por su cabeza. Estoico como él ninguno, pero dentro suyo había estado teniendo las mismas cosas que yo. Amor por el otro.

Admitía que me había roto el corazón, pero por alguna razón quería creer en él. Quería creer en el hombre que se adueñó de mi alma con sus pequeños gestos. Con la forma de preocuparse por mí, con su manera de ser tan rígida, pero que se soltaba cuando se sentía bien para hacerlo. Quería entender muchas cosas

No sabía qué sentía ahora él, si tan solo tenía algún resquicio de ese amor. Si ya me olvidó, pero de igual manera debía saber todo. Y empezar de nuevo.

Malas EnseñanzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora