Capítulo 66| Aprender a vivir si aire
Decir que no podía respirar era quedarme corta, todo a mi alrededor pareció desaparecer cuando esos ojos castaños que me habían visto en mis momentos de mayor vulnerabilidad me miraban. Los mismos ojos que se habían convertido mi mundo entero.
No podía ser posible. Tenía que estar en medio de una pesadilla.
Hacía casi dos años, no podía ser.
Él no quitó sus ojos de los míos en ningún momento. Yo no bajé la mirada tampoco, no podía, el shock era demasiado grande.
—Está en el primer cubículo, doctor.
La voz de la jefa de enfermeras de este servicio nos sacó de esta burbuja. Él fue el primero en quitar la mirada de esa guerra que habíamos tenido de forma tácita.
—¿Quién está a cargo de es habitación? —preguntó.
Su voz seguía revolucionando cada una de mis terminaciones nerviosas. Era como si me hubiesen puesto un miligramo de adrenalina logrando que mi corazón latiera como desesperado en mi pecho y me sudaran las manos.
Los dos residentes que me acompañaban se levantaron. —Taylor está a cargo —dijo el residente de Cardiología.
Maldita sea.
Lo iba a matar un día de estos. Por eso es que los odiaban. Lo hicieron solo por joderme la paciencia.
—Es de los tres servicios. Ustedes pueden hacerlo también. Conocen el paciente tan bien como yo. —espeté.
—Pero eres la más capacitada. Walker lo dijo —siguió Linus.
Claro, todo mundo sabía la historia que había aquí y querían ver el mundo arder. Y estaba a punto de hacerlo. Todo parecía a nada de explotar.
Pero me detuvo antes de hacer una locura, porque si quería demostrar que no me afectaba, tenía que ceder, aunque lo único que deseaba es correr lo más rápido que mis pies pudieran llevarme.
—No es necesario que la doctora Taylor lo presente, puedo leer su historia —y miró la tableta en mi mano—. Si me lo permite, por favor.
Es que no podía creer su descaro, ¿Cómo podía pensar en que podía hablarme como si una mierda entre nosotros hubiese ocurrido?
Tenía que ser profesional. Sin importar que lo único que quería era que se fuera.
—No es necesario, soy la que está a cargo de este paciente y la historia es algo que no puedo dársela a cualquiera, menos a personas que no trabajan en este hospital. Es ilegal.
Tomé la tableta y mi estetoscopio, salí del stand de enfermería. —Sígame, doctor Stone.
No Gabriel, Gabe, Piedra.
Doctor Stone. Como siempre debió ser.
Ese era el trato que debí darle todo el tiempo. No entregarle mi alma, no romperme delante de él.
Te amo, Gabriel. No quiero que esto acabe
Las palabras que le dije esa última vez fueron como balas a mi corazón. El dolor y la desolación que me embargaron en ese momento cuando le di mi alma y fue de dañada con un "lo nuestro no iba a tratar sobre eso".
Él me mató ese día.
Fui una estúpida que dio más de lo que debía, pero no era más esa chica. No le volvería entregar mi corazón a nadie que no lo valorase. Pese a que al mirarlo todo se hizo complejo dentro de mi ser.
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Malas Enseñanzas
RomanceSe suponía que todo iba a ser sencillo. "Se suponía" Pero como siempre, todos mis planes eran una porquería. Yo comenzaría mi residencia médica y terminaría mi especialidad, mis metas iban viento en popa y era lo mejor de todo. Haría lo que fuese n...