Capítulo 1: El prisionero ha regresado

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Barcelona

Fui arrebatado de mi hogar a poco tiempo de cumplir 7 años, todo esto a causa de las ordenes de un infeliz con ansias de apoderarse del imperio que mi padre había construido, me toco crecer todos estos años en la completa soledad e imaginando lo diferente que pudo haber sido mi vida si tan solo no me hubieran apartado de ellos, ahora solo he creado una muralla de piedra en mi corazón deseando vengarme de lo que hicieron conmigo y mi familia, y ese día al fin ha llegado me digo a mi mismo haciendo tronar los nudillos de mis manos.

No fue fácil descubrir que mi propia sangre me había dado la espalda en aquel momento, ¡solo era un maldito niño!, ¿Qué daño pude cometer?, solo la mente enferma y retorcida del hombre que más daño ha causado puede responderme; mi padre, suspiro con profundo dolor al recordarlo, Helena, repito apretando fuertemente mi mandíbula, mi hermana, rogaba porque donde sea que ella se encuentre estuviese a salvo y la maldad de ese hombre no la haya alcanzado.

Aún recuerdo aquella persecución, mi padre y Helena habían salido hace varios días atrás y me quede al cuidado de una niñera, recuerdo haberme sentido muy mal en ese tiempo, la fiebre no cedía y aunque yo estaba preparado mentalmente para el cambio que pronto sucedería hubiese deseado que ellos estuviesen conmigo, más la desgracia interrumpió todos mis anhelos y nunca más volví a verlos. Salí huyendo de aquella habitación al escuchar ese estruendoso golpe, aquella mujer logro aventar por los aires a la niñera que me custodiaba, la vi caer muerta al suelo, no logre verle el rostro a su adversaria sin embargo solo me fui de ahí para ponerme a buen recaudo, sobreviví todos estos años gracias al apoyo incondicional de una buena familia que me acogió y protegió, Arthur, y su hijo Harry, ellos hicieron que mi infierno sea más llevadero por casi diecisiete años.

- ¡Vasco! – llama Arthur haciéndome despertar de mis pensamientos, lo miro a los ojos y entiendo su preocupación.

- Te lo vuelvo a preguntar, ¿estás seguro de lo que piensas hacer?, te lo digo porque como sabes de todas formas ellos son tu verdadera familia.

- Acaso piensas que eso me importa un carajo, por supuesto que estoy dispuesto a todo, la muerte de mi padre y la de Helena no va a quedar sin ser cobrada – aseguro sintiendo como mi cuerpo se pone rígido al intentar pronunciar el nombre de ese hombre – es hora de que Massimo Dalmazzi y toda su asquerosa familia paguen por lo que hicieron, eso ya no está en discusión Arthur, además tu eres testigo fiel de lo que ese hombre quiso hacerme, sino fuese por ti habría logrado su cometido.

- Él me envió a matarte – acusa Arthur frente a mí, me aferro a los brazos del sillón abrumado por el dolor conteniendo mis ganas de quebrarme en ese instante y maldiciendo a la familia Dalmazzi.

No era momento para hacerlo, necesitaba ser más fuerte que nunca para enfrentarme a ellos. Arthur me observa detenidamente y esboza una media sonrisa de satisfacción ante mi inquebrantable actitud.

- Ese es mi muchacho, necesitaras algunos consejos – expresa juntando ambas manos para premeditar nuestra estrategia.

Tengo ya proyectado lo que haría para infiltrarme en la vida de esos infelices, como primer punto cambiaria mi apariencia física por sí llegaran a reconocerme, me había dejado crecer el cabello desde hace ya varios meses atrás y ahora planeaba llevarlo amarrado todo el tiempo, para ocultar el color de mis ojos de tonalidad azul decidí que llevaría lentillas de color café oscuro para desviar toda atención en esa parte de mi rostro.

Arthur me ha proporcionado fotos de todos ellos para estar familiarizado con sus rostros, necesito conocer quien es quien, tengo estudiado cada uno de sus rasgos. El primero Massimo y su esposa, siguen sus hijos pequeños los mellizos, luego dos mujeres jóvenes de entre diecisiete y dieciocho años, otro tipo de lentes y uno rubio mayor que el anterior, por último, llega a mis manos el retrato del hijo mayor de Massimo, lo observo y logro suponer que es el mismo porte de mocoso idiota que se cree inalcanzable con su pose de star boy, debe ser un imbécil digo tirando las fotos sobre la mesa.

Mi Luna de Plata - Pasiones ProhibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora