Capítulo 33: Apuéstale al perdedor

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Tino D.

Aparentemente no conseguiré nada con David y siendo realista no hay nadie más quien pueda ayudarme a descifrar este enorme enigma. Estoy casi seguro de que Jane en su carta revelaba aquel detalle, pero se llevó el secreto a la tumba y ese pedazo de papel sabe Dios en manos de quien este. Tampoco he conseguido nada con Liz, lo poco que me ha contado de su hermano es que reside en Barcelona y de verdad que ganas de viajar hasta allá no me han faltado, sin embargo debido a mis planes el realizarlo se me hace difícil.

Mi padre aún continúa incrédulo con respecto a la información que le di de Claudio, debe ser duro para el recibir tal golpe. El hecho de enterarse que no es parte de nuestra familia, que ha vivido engañado tanto tiempo. El no lleva nuestra sangre y de una u otra forma creo que lo presentía, ahora comprendo porque se ha ensañado con nosotros, en especial conmigo. Como quisiera gritárselo a la cara, decirle que no somos parientes, que nada nos une y que se puede ir al demonio de mi parte pero mi padre aun no lo cree prudente; como si a él fuese a importarle, casi me atrevo a asegurar que lo sabe, tras él hay muchos trapos sucios que pronto se lavaran, ¿y si es el quien tuviera información sobre el verdadero padre de Lucille?

Hay algo muy extraño tras su repentino cambio y mejoría, si Lucille tiene ciertas habilidades y ambos están emparentados de alguna manera, ¿Cuál era la habilidad de Claudio?

Una buena idea sería comprobarlo ocasionándole una herida, ya sé que me veo como un lunático al querer intentar hacer eso, más no sé qué otra acción tomar.

Ya pensare en ello más adelante, lo primero ahora es mi boda, solo queda una semana para que Lucille y yo nos demos el sí y estemos juntos para siempre. Hasta ahora todo ha sido perfecto, desde planear cada detalle de la ceremonia, hasta nuestra mudanza al nuevo apartamento que pronto ocuparemos los dos. Es increíble que esté sucediendo, todo es tan bueno para ser verdad.

Las invitaciones ya fueron enviadas la semana pasada, mi madre por supuesto no respondió. No es lo que hubiese esperado de su parte, creí que a último momento cambiaría de opinión pero no, así que ya no había marcha atrás.

Más tarde debo ir a hablar con David, no me agrada la idea de estar a solas con él, es más cada vez que lo encuentro siento sus enormes ansias de querer matarme, literalmente. A veces me pregunto si eso es normal en todos los suegros o para mi mala suerte solo me sucede a mí.

- Dime cielo – respondo por el auricular mientras conduzco.

- Te espero en mi casa esta noche – dice sin sospechar que mis planes son precisamente ir para allá en estos momentos – habrá una cena y también un anuncio importante – escucho su risa fresca al contármelo.

- ¿Debo ir formal? – carcajeo con notoria vacilación.

- Te espero allá – me envía un beso y se despide.

Llego a la casa de los Walker antes que ella, David me está esperando para "conversar", ojala y tenga algún descubrimiento importante que me ayude a conseguir pistas.

- Ya te dije que no, aunque...quizá puedas encontrar algo en los empleados que trabajaron con Santino en esos años, quizá el antiguo mayordomo pueda darte alguna información.

- Necesito que te encargues de eso, ¿podrías conseguirme el nombre y dirección de quienes trabajaron ahí?

- ¡¿Quién crees que soy, tu criado?! – exclama con evidente molestia – ve a mandar a tu grupito de payasos, yo no tengo porque seguirte.

Hoy más que nunca lo noto más extraño, me mira furioso y lleno de resentimiento, como si le hubiese hecho algo que le afecte en lo más profundo de su ser.

Mi Luna de Plata - Pasiones ProhibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora