Capítulo 9: Secreto en peligro

4 0 0
                                    

Tino D.

Como pudo hacerlo, como pudo entregar su corazón de nuevo y borrarme de su recuerdo cuando decía amarme tanto. Ella al menos lo ha logrado, me olvidó, y aunque los celos no me dejen pensar con claridad no puedo evitar quemarme por dentro.

Piso más a fondo el acelerador imaginando el lugar más lejano donde pueda ir, las potentes luces del camión que atraviesa la otra vía despejan la tormentosa nube que comenzaba a formarse dentro de mi cabeza. Freno para bajar la velocidad pero no responde, intento una vez más y estoy cada vez más cerca de este, tomo con fuerza el volante y lo desvío hacia la derecha, mi marcha se detiene al colisionar violentamente con una cerca.

Solo percibo un relajante silencio después del choque, abro los ojos nuevamente y sé que aún estoy vivo.

- ¡Estás bien! – Liz abre la puerta y me ayuda a bajar.

- Sí, no fue nada grave – unas gotas de sangre comienzan a caer, aparentemente tengo una herida en la cabeza, es solo una cortadura superficial.

Insiste en que debemos ir por ayuda.

- No es necesario, solo quiero ir a mi apartamento – hago presión en la herida para detener el sangrado.

- ¿Llegaste a ver a Lucy? – pregunta abriendo la herida nuevamente – cuando se enteró que estabas en la fiesta fue a buscarte como una loca.

- Claro, supongo que eso sucedió después de estar besuqueándose con un tipo.

- Entonces ya sabes lo de Tyler – así que ese era su nombre – ellos son novios desde hace poco.

- Ya veo que no perdió el tiempo, bien por ella – digo buscando la forma de sacar mi camioneta de este fango.

En estos momentos no quiero volver a escuchar ni su nombre ni el de ese tipo, voy directamente dejando a Liz en su motocicleta, ella viene siguiéndome por detrás. Al menos era la única a la que le importaba lo que sucedía conmigo.

- Liz vete ya – ordeno para que deje de perseguirme.

- No hasta asegurarme de que estés bien, debes al menos ir para que te curen esa herida, ¿con quienes te estas quedando?

- En serio quieres saberlo – la invito a pasar.

Will y Austin se encuentran en el sofá mirando un partido en la televisión, quedan extrañados al vernos entrar.

- Oye quedamos en que nada de mujeres aquí – suelta Austin con desdén. Liz lo fulmina con la mirada.

- Hola también – responde ella con ironía, luego mira a Will y se saludan con normalidad.

- Que gusto verte de nuevo, hace ya mucho desde que no nos veíamos.

- Así es, si mal no recuerdo fue en los funerales – guarda silencio al notar su imprudencia.

- Si, y al parecer la veremos con mucho más frecuencia ya que ahora se le ha pegado algún tipo de complejo de mamá gallina.

Agradece mi comentario con una sonrisa burlona.

- Tienen un botiquín o algo para curar esa herida – Will y ella van juntos a buscarlo.

En cuanto me quedo completamente solo empiezo a pensar las cosas de nuevo.

- Y como te fue en la fiesta de tu hermana, déjalo, no me digas nada, supongo que pésimo por la cara que traes, sabes fue muy descortés de tu parte que no nos hayas llevado contigo – Austin regresa de la cocina.

Mi Luna de Plata - Pasiones ProhibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora