Tino D.
He notado a Lucille algo distante estos últimos días y no comprendo por qué. Ella insiste en que son suposiciones mías, pero yo estoy seguro de que no es así. Hay algo que la tiene sumamente preocupada y no me lo quiere decir. Tampoco se ha vuelto a alimentar y se niega rotundamente a hacerlo.
- Ya no voy a hacerte mas daño, Tino el único perjudicado eres tú.
- Tu y yo tenemos un pacto, te dije que yo te mantendría con vida hasta mi ultimo respiro. Si no bebes sangre empezaras a debilitarte – intento hacer que entre en razón.
- Quizá deberías dejar que muera poco a poco, no hay futuro para nosotros Valentino. Es momento de aceptar esa triste realidad.
- ¿A qué viene todo esto? Hablaste con Max, ¿no es cierto? – se rehúsa a decírmelo y es ahí donde entiendo todo.
Le pedí a mi padre que no se metiera y ahora empezaba a interferir entre Lucille y yo. Si pretende separarnos esta muy equivocado, la decisión que tomare solo me pertenece a mi y él ya nada tiene que ver si decido irme con Lucille a donde ella y yo podamos estar a salvo.
- No le hagas caso, él cree ser el absoluto amo de la razón. Ambos estamos juntos en esto y lo que digan terceros para nada debe afectarnos.
- Lo peor de todo es, que es cierto. Como padre entiendo su preocupación, yo represento un grave peligro para ti. Si él no te quisiera no le importaría lo que sucediese contigo.
Me pide que vea mi reflejo en el espejo que esta junto al armario. Para nadie es novedad que me veo algo demacrado.
- Se sincero conmigo y también contigo, dime, ¿el hombre que está ahí es el mismo que el de hace un mes atrás?
No se porque insiste en ponerme en esta disyuntiva. Yo elegí esto, no soy una victima como ella pretende hacerme ver. Me siento lo suficientemente fuerte para sobreponerme cada vez que ella lo necesite.
- ¡Ya te dije que no, no volveré a alimentarme de ti! – repite de nuevo hasta hacerme perder la paciencia.
- ¡Yo estoy bien, eres tu la que me preocupa!
- Jamás debí dejar que pasara, no debí morderte Tino – durante la discusión ella admite una verdad que puede resultar muy escalofriante – te mentí, ya no puedo controlarlo. Tu sacrificio solo provoco que sienta más deseo por la sangre, especialmente la tuya.
Esto puede tornarse peligroso con tantas personas en esta casa. En algún momento tendrá la necesidad de beber sangre y me temo que vaya a atacar a alguien más. La ultima vez que lo hizo conmigo, bebió más de la cuenta, lo cual significa que su apetito iba en aumento.
- Por eso es necesario que tu única fuente de alimento sea yo. Si bebes de mi sangre no necesitaras buscar a otras personas.
- No lo voy a hacer contigo, ni con nadie más. Esto se acabo de una vez por todas, ya basta, no quiero dañarte, por eso, será mejor dejar todo como estaba antes de encontrarnos.
- ¿A qué te refieres? – pregunto confundido al notar como se desvía del tema principal.
- A nuestra relación, creo que lo mejor es que tu y yo nos demos un tiempo.
No puedo creerlo. Tiempo es lo que menos tenemos para tantas cosas que hay por hacer.
- Por favor, ya no estamos para estas cosas, ¿Pretendes terminar conmigo?, quieres hacerlo justo ahora que estamos tan cerca de descubrir como deshacernos de Cesar y Lucia. No serias capaz de abandonarnos antes de iniciar esta misión, ¿o sí?
Su respuesta es nula y eso me desespera. Si se atreve a dejarme, sabe que no se lo perdonaría jamás.
- Si piensas irte dímelo ahora – exijo que me revele cuáles son sus verdaderas intenciones.
ESTÁS LEYENDO
Mi Luna de Plata - Pasiones Prohibidas
Novela JuvenilLa vida no ha sido facil para Vasco, alejado de su propia familia ha crecido con los ideales de destruir a esta a toda costa. Las cosas no saldran como él lo esperaba y sin querer terminara enredado en la polemica familia Dalmazzi de quien ya hemos...