Capítulo 28: Última parada

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Tino D.

Es una completa estupidez lo que acaba de decir, desde que llego supe perfectamente que había doble intención en su actitud, este malnacido está chantajeándola y no permitiré que venga a quitarnos nuestra tranquilidad, gracias a eso no controlo mis instintos y le reviento la cara frente a todos para que piense muy bien con quienes se acaba de meter.

- ¡Suéltalo ya! – ordena mi padre deteniéndome con fuerza, estoy seguro que si nadie intervenía hubiese matado a este desgraciado.

- Por su bien váyase de este lugar – dice al observarlo.

- No me iré hasta que todos sepan la clase de...

- ¡Saquen a este tipo de aquí! – dice mi padre haciendo un gesto rápido para que vengan por él.

Lo escoltan hacia la salida y mi padre los sigue, definitivamente sabe muy bien lo que sucede aquí, si las sospechas abundaban en su mente, con este acto acaba por confirmarlo.

- Hablaremos de esto – comenta secretamente mientras me indica que vaya con él.

Lucille se encuentra sumamente nerviosa y no quiere hablar en estos momentos, se queda con mi madre y David en tanto yo voy a arreglar la situación.

Una vez fuera Max ajusta cuentas con Tyler. El muy imbécil se atreve a revelar mi relación con Lucille mostrándole fotos donde salimos ella y yo en situaciones comprometedoras.

- Eso ya lo sabía, ¿Qué quiere que haga al respecto? – pregunta manteniendo la serenidad, aunque yo por dentro siento todo su reproche.

- ¡Vaya!, ya veo entonces la clase de familia que son – escupe con hostilidad frente a nosotros.

- Mide bien tus palabras – advierte mi padre con severidad.

- Me pregunto si todos piensan lo mismo que usted, quizá su esposa si este interesada en ver algunas fotos donde su hijo predilecto y su ingenua sobrina salen de un motel muy contentos los dos.

Tomo a Tyler bruscamente y le lanzo directamente mi amenaza de muerte, como pudo hacerle eso a Lucille, definitivamente jamás la quiso y solo buscaba en ella otros intereses.

Lo dejo libre tras la insistencia de mi padre.

- Acabas de meterte con mi mujer y vas a pagar muy caro por tu cobardía, ¡cuídate! porque te juro que voy a cobrarme cada lágrima que le hiciste derramar.

- ¡Cállate!, no vuelvas a repetirlo – reprende con evidente furia.

- ¡Bien!, arreglemos esto, supongo que alguien tan importante como usted no quiere un escándalo de tal magnitud, sería un desastre.

- Dime de una vez cuanto quieres.

Sus intenciones son claras, está aquí por dinero y buscó la mejor manera de asegurarse.

- ¿Cuánto vale para usted la tranquilidad de su familia?

Por supuesto Max no piensa discutir el precio y le entrega un cheque, no sé porque su afán de mantener lo mío con Lucille en secreto si sabe perfectamente que después de lo ocurrido no podremos ocultarlo más.

- No debiste darle nada a ese maldito aprovechado, Max, íbamos a aclarar todo con Lucille después de la fiesta, pensábamos decírtelo a ti y a mamá.

Me mira con profunda decepción, no me reprocha nada sin embargo, sé que su silencio dice mucho, si de algo estoy seguro es que no tiene ninguna palabra para lo que acaba de descubrir.

Mi Luna de Plata - Pasiones ProhibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora