Capítulo 35: Mírame a la cara

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Tiempo después...

Vasco D.

Nada sucede por casualidad y hoy lo tengo más claro que nunca, esta es mi señal para saber que voy en el camino correcto. Cobrare mi venganza lentamente o de un solo tajo, para mi buena suerte ahora tengo a mi instrumento frente a frente, su dolor será mi medio para llegar a Massimo.

- ¿Por qué demonios intentabas suicidarte? – no responde y solo me ignora dejándome atrás.

Lo sigo en mi motocicleta y se impacienta al darse cuenta de que vengo siguiéndolo.

- ¡Qué mierda quieres y porqué insistes en perseguirme!

- Solo intento ayudarte.

Si claro, solo ayudare a destruir a tu familia, a que se hundan en el lodo en el que merecen estar y del cual no dejare que salgan hasta acabar con todos ustedes.

- Es evidente que tú no estás bien – digo levantando una ceja al ver su deplorable estado. Ya no queda nada del tipo que vi en aquella foto que me mostro Arthur en Barcelona.

Su aspecto descuidado da la impresión de que un fuerte trauma lo había golpeado.

- Podemos tomar un trago hombre, así me cuentas que cosa te atormenta, vale.

Es claro que su sufrimiento se debe a un mal de amores, me pregunto qué fue lo que le sucedió para que llegara a tal grado de desesperación.

- No bebo, no lo hago ya desde hace mucho – dice negándose a mi invitación – sin embargo, creo que puedo hacer una excepción por hoy.

Sabía que Valentino Dalmazzi iba a caer, debe estar muy loco para aceptar irse con un completo desconocido, aunque el hecho de que iba a matarse hace tan solo pocos minutos atrás apunta a que su vida y bienestar poco o nada le importan ya.

Busco sacarle tema de conversación por cualquier lado, mas no me devuelve la plática. Su mirada perdida se concentra en el fondo del bar y solo se dedica a beber y beber como si el alcohol fuese un elixir mágico que le ayudara a sanar sus heridas. Ahora entiendo el porqué de su negativa al inicio, es evidente que es un maldito alcohólico.

- Te dejo tu novia, se fue con otro – levanta la mirada con cierto grado de fastidio y niega. Vuelve a servirse un trago de ron y se lo bebe de un solo sorbo.

- Ella murió hace un año, desde entonces no había vuelto a Boston.

Así que se le murió la novia, es comprensible su dolor pero a mí eso no me interesa, lo único que quiero es tener a Massimo Dalmazzi frente a mí y vengar la muerte de mi padre, la de Helena y ahora por supuesto la de mi hermana; es curioso que la novia de Valentino y Victoria hayan muerto en la misma fecha.

Hacerme su amigo me ayudara a entrar a la mansión, un reajuste de planes se ha proyectado en mi mente después de estar con él. Absolutamente nadie sabe de su paradero y seré yo quien lo devuelva a sus familiares, deben estar buscándolo por doquier.

Lo invito a servirse otra copa, quiero que pierda la conciencia, así será más fácil llevármelo. Son casi ya las 9 de la noche y se encuentra totalmente ebrio tanto que, está a punto de pegarle a un tipo que murmura algunas cosas de él.

- No pudiste caer más bajo – dice el tipo al mirarlo.

Lo detengo antes de que lance el primer puñetazo.

- Vete a la mierda Tyler – escupe con ira, no sé qué problema se traigan esos dos.

- No eres tan peligroso cuando no estas transformado en monstruo – aparentemente sabe de su secreto ya que tiene una gran cicatriz en la cara, supongo que producto de una rencilla pasada entre ambos.

Mi Luna de Plata - Pasiones ProhibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora