Capítulo 16: Fase cuatro

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Tino D.

Noto su curiosidad y esa evidente molestia cuando sabe que le oculto cosas, le doy algunos besos para que olvide todo eso. Lo que guarda esa caja es parte de una sorpresa, en este objeto plasmo mi amor y mi compromiso a futuro con ella, su diseño ha llevado muchos meses y pronto ese anillo estará reluciendo en su mano.

Nuestros besos se vuelven cada vez más intensos, empujo hacia un lado todo lo que hay encima de esa mesa y nos acostamos sobre esta. Comienzo a hacer un viaje a través de su cuerpo, subo su camiseta para acariciar y besar sus pechos, esta excitada y ahora la tengo justo donde quiero.

- Iré a preparar el desayuno – digo dejándola con la respiración agitada y los ojos cerrados tras mi interrupción.

En este momento va a conocer cómo se siente que te dejen prendido, si su intención era jugar conmigo yo lo sé hacer mucho mejor, me di cuenta de inmediato de sus provocaciones así que planee seguir su jueguito también, veremos quien se rinde primero mi amada Lucille.

Voy a la cocina para preparar algo, me rio al recordar su cara llena de aflicción después de dejarla tendida sobre la mesa sin más explicación.

Regreso con el desayuno sobre una bandeja para sorprenderla, registro toda la habitación y no puedo encontrarla, ¿acaso se fue?, no lo creo.

Camino hacia la terraza, en el trayecto voy recogiendo sus prendas que al parecer son una señal para encontrar el camino. Al llegar la veo, está totalmente desnuda acostada sobre el respaldar del jacuzzi, el agua junto a las burbujas van subiendo de nivel hasta que logran cubrirla por completo.

Trago seco al verla así, es tan sensual, se ve tan mujer, estaré enormemente agradecido con Austin por la genial idea de colocar un jacuzzi en este lugar.

- El agua esta deliciosa, ¿quieres venir? – tal vez ni siquiera debía preguntar ya que voy directo a la trampa.

Me desnudo frente a ella, estoy perdiendo en este juego y ya no puedo resistirlo. Voy inmediatamente a besarla y ella me recibe en sus brazos, ambos nos sumergimos en la cálida temperatura del agua.

- Me rindo – digo al salir a flote otra vez, ella carcajea y acepta que todo era parte de su maquiavélico plan, estoy buscando forma alguna de hacerla pagar.

- Sabía que lo harías – se siente ganadora al verme rendido.

- Hay algo que no sabes de mi – replico dejándola con la duda sobre aquello – puedo aguantar la respiración bajo el agua por casi tres minutos.

Sonríe con inocencia al no sospechar lo que pienso hacerle, hoy vas a conocer el cielo Lucille.

Bajo surcando su cuello, luego llevo mi boca hacia sus pechos, muerdo ligeramente sus pezones y eso la lleva a encogerse de placer. Separo sus piernas y de una vez me sumerjo para cumplir mis propósitos, su cuerpo se tensa al sentir mi lengua en su interior.

Escucho sus jadeos incesantes al encontrarme ahí abajo, acaricia mi cabeza y jala hacia atrás mi cabello.

- ¿Qué haces? – pregunta susurrando tras verme salir del agua.

- ¿Te gusta? – digo al ver su rostro todo acalorado.

Asiente con una enorme sonrisa de satisfacción mientras se relame los labios, su gesto me da luz verde para continuar. Se sienta al borde de la tina y yo acomodo sus piernas sobre mis hombros, en esta ocasión relaja su cuerpo al sentir otra vez mi lengua dentro de ella.

La llevo a la cama, quiero volver a hacerle el amor, nos recostamos sobre esta, su cabello aún mantiene la humedad del agua lo cual le da una apariencia salvaje. Me besa, esta sobre mí, siento sus labios recorrer mi pecho y estos bajan marcando cada parte de mi piel, se detiene al llegar al límite de mi torso.

Mi Luna de Plata - Pasiones ProhibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora