Capítulo 71: Escapando al amor

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Victoria D.

Ahora me encuentro bajo el poder de Lucia, me tiene entre sus asquerosas garras y al parecer sus planes son deshacerse de mí.

- Yo no seré tan paciente como lo fue tu padre. Si no me sirves para nada, debes ser eliminada.

- Sé todo lo que has hecho Ivette, y también sé de lo que eres capaz. ¿Cuándo vas a entender que Maurizio nunca te amo?, y tampoco Cesar, a él ni siquiera le importas.

Su mirada irradia odio al recordarle su pasado y a consecuencia de aquel recuerdo de desquita conmigo lanzándome un fuerte golpe en la cara.

Mi fuerza aumenta y rompo las cuerdas con las que me tiene atada. Al soltarme voy hacia ella para atacarla, lamentablemente me reduce colocándome una moneda de plata sobre la frente.

- Eres tan débil, al igual que tu madre y tu padre. Si hubieses sido hija mía esto no estaría sucediendo ahora.

- Gracias al cielo, no fue así, ¡tú nunca pudiste tener hijos, fuiste estéril Ivette!

- ¡Cállate maldita estúpida! – dice renegando de su condición – no tienes idea de como te desprecio, eres solo un engendro que nunca debió nacer. No se porque tu madre no decidió abortarte siendo que eres el fruto de una violación.

- Lo que me digas, no me afectara Ivette. Eres tu la que no puede superar que ningún hombre te haya tomado en serio, jamás.

Le resulta doloroso que le recuerden su triste pasado. Por mas que haya deseado un hijo de Maurizio cuando aún era humana jamás lo consiguió.

El siempre ha sido su gran amor y ese dolor la ha arrastrado a llevar a toda la familia Dalmazzi a la desgracia. Mas ya no será así, aquí estoy yo para evitar que siga haciéndoles más daño.

- Ya no puedes impedir que mi hermano sea feliz, él está casado con Giselle y aunque le hayas lanzado tu sucia maldición eso terminara pronto. Te propongo un trato, quita el hechizo en contra de Giselle y te prometo que me uno a ti.

Su risa macabra resuena por toda la pieza.

- ¿Tu piensas que me interesa tener a una muchachita como tu de mi lado? – dice haciendo un gesto burlón.

- Entonces para que me trajiste aquí, eso era lo que querían Cesar y tú, ¿no es así?

- El imbécil de tu padre me dejo y se fue por su cuenta. En fin, sus ideales me importan una mierda, si te tengo aquí es porque Claudio me debe algo y debe estar cumpliendo ahora con ese encargo.

Se escucha ruido en el piso de abajo y puedo sentir su presencia, pero también puedo detectar el aroma de Giselle.

- Parece que tu hermanito, después de todo no tendrá su final feliz.

- ¡¿Qué piensas hacerle?!, ¡déjala libre ahora mismo!

Intento irme de nuevo contra ella y esta vez lanza su magia hacia las cortinas para que se abran en su totalidad quemándome la piel al tener nuevamente el contacto del sol.

- Si sales de esta habitación será solo para morir. Piénsalo bien querida antes de hacer algo estúpido – amenaza fríamente mientras me recupero de las quemaduras.

Al pasar los minutos escucho los lamentos de Giselle en otra de las habitaciones. Conociendo lo desquiciada que esta Ivette, debe estar lastimándola por todo el odio que siente hacia ella.

Siento una enorme impotencia al no poder ayudarla, fui una idiota al dejarme cazar por esta bruja. Ella nos venia siguiendo la pista desde hace mucho y ahora también tiene a Giselle con la intención de atraer a Vasco para continuar su venganza.

Mi Luna de Plata - Pasiones ProhibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora