Capítulo 34: El día en el que mi corazón se detuvo

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Tino D.

Me encuentro ya en el lugar donde se celebrara la ceremonia, estoy muy ansioso por ver a mi futura esposa caminar hacia mi sobre aquella pasarela para así terminar de sellar nuestro amor. En pocos minutos sucederá y debo mantenerme lo más relajado posible. Max está conmigo, ambos nos ponemos de acuerdo para decidir el día en que le diremos a Lucille la verdad.

- ¿No crees que es mejor hacerlo de una vez?, esto puede prestarse para malos entendidos entre ustedes más adelante.

- Ella lo comprenderá, estoy seguro – pese a su insistencia respeta mi decisión.

Hablamos discretamente sobre el incidente con Fiorella, Max también lo sospechaba y quedo muy afectado al saber que ella se encuentra muy mal de los nervios desde entonces.

- Tu madre esta devastada con esta revelación – dice con semblante preocupado – piensa que algo hizo mal y se culpa todo el tiempo.

Max insiste en no contarme nada más para no seguir atormentándome.

- Este es tu gran día y debes estar tranquilo, pronto tu vida dará un gran giro y espero con toda sinceridad que Victoria y tu sean felices en su matrimonio.

- Yo también lo deseo – digo dejando un enorme suspiro. No sé porque a pesar de todos mis intentos no logro calmarme, tengo los nervios destrozados.

El juez ya ha llegado y todo está preparado, más aun Lucille no aparece por ningún lado.

Los Walker hacen su ingreso y de inmediato les pregunto por ella.

- Quizá se arrepintió – dice David con malicia.

- ¡No es hora de bromas! – advierte Gretell mostrándose muy seria ante su marido.

Ella me aclara que la carroza estaba retrasada algunos minutos y que decidió esperar. Eso por fin me tranquiliza, respiro aliviado al saber que llegara pronto, quizá hay mucho tráfico.

Mas minutos transcurren y al final nada. Los invitados aún esperan en sus asientos la llegada de la novia, a estas alturas empiezo a preocuparme, no traigo el maldito teléfono a la mano y no sé si ella también lo trae consigo, así que le insisto a Gretell para que la llame. No contesta y eso me desespera aún más.

- Tranquilo, tal vez lo dejo en casa – llama al servicio de carrozas y después de colgar su rostro denota confusión.

- Dicen que no subió, que ella decidió irse en su auto – los latidos de mi corazón aumentan al conocer aquel detalle.

- ¡¿Dónde está?!, ya pasaron más de cuarenta y cinco minutos, es mucho tiempo.

Decido no esperar e ir a buscarla por cuenta propia, David también quiere venir conmigo pero antes de que eso suceda alguien hace un inesperado anuncio.

- ¡Llego la novia! – todo vuelve a la calma en cuanto escucho eso.

Todos nos ubicamos en nuestros lugares y mi sonrisa aparece de nuevo al saber que ya está aquí, olvido toda la incertidumbre que me carcomía hace unos momentos.

Una silueta en traje de novia aparece desde el fondo, puedo ver cómo avanza hacia nosotros y se detiene en el inicio de la pasarela. David se acerca y de inmediato es rechazado mostrándose totalmente confundido y desorientado. El espeso velo que la cubre no me deja verle el rostro con nitidez. Camino directamente hacia ella y se lo levanto para toparme con la sorpresa de que tras ese traje esta Fiorella.

- Es a mí a quien deberías amar – dice dejando un beso sobre mis labios.

La aparto de mí y tomo sus manos para calmarla cuando empieza a gritar un sinfín de desvaríos. Max y Marco me ayudan a reducirla para aplacar su locura.

Mi Luna de Plata - Pasiones ProhibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora