Capítulo 30: Dame tu mano

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Tino D.

Aun si el fin del mundo llegara mañana, juro por lo más sagrado que Lucille y yo nos casaremos, de eso no había duda.

- Tengo que ir a la universidad, mi próxima clase empieza en una hora, espero llegar a tiempo.

Insisto en llevarla, pero decide irse por cuenta propia.

- Aprovecharé para llamar a papá y a mamá durante el camino, les diré que ya regrese y nos veremos en la noche, te espero allá ¿de acuerdo?

Acepto su plan, parece fácil y ojala así fuese; pero estoy seguro que nos espera otra escena similar a la de hace unos momentos.

- ¿Sabes si David aún tiene el rifle cargado? - solo lo digo para estar prevenido.

Sonríe con ternura y me abraza, la acompaño hasta el estacionamiento para despedirme.

Cuando me encuentro a solas recuerdo mis deberes y pienso en la manada, debido a los últimos acontecimientos la tenía muy descuidada y eso ya desde hace mucho tiempo, y aunque en realidad nada relevante había sucedido durante estos meses, era necesario estar al pendiente de todos ellos y comprobar que se encontraran bien.

Lo que si iba a ser una bomba para todos ellos era el anuncio de mi matrimonio con Lucille, por el momento solo Austin y Will saben de mis intenciones. Estoy seguro que a más de uno le tomara por sorpresa y estallara con la noticia, en especial mi futuro suegro, a quien ya puedo imaginármelo ensanchando una enorme sonrisa de felicidad, ¡Ja!, si como no, solo en sueños David lo aceptaría. Por otro lado, sé que hay más de uno que compartirá nuestra felicidad, ya visualizo a Erick enloqueciendo y mostrándome diseños para las invitaciones, debo admitir que sí, cada vez más su arte iba mejorando y no dudaría que con el tiempo lograse ser un excelente publicista, así que pienso ponerlo a prueba en uno de mis proyectos. Estos lamentablemente han sido pospuestos debido a la ausencia de Adrien, me preguntaba si estaba bien ya que no hubo ninguna comunicación después de que simplemente desapareció.

Pese a todo, tengo a Marco como aliado, él me ha ayudado a ampliar mis horizontes ya que necesitaba con urgencia realizar la compra de maquinaria y materia prima, respecto a ello me había anexado una lista con proveedores de casi todas partes del país para definir cuál era la mejor propuesta, pero para sellar mi buena suerte presento mi proyecto ante mi padre sin que él descubra mi identidad, quien después de estudiarlo muy a fondo lo acepto y sin querer conseguimos al fin una alianza estratégica con Italamérica.

Aún tengo dudas con respecto a tomarlo o no, a pesar de que el tiempo corre y se me va continúo analizándolo con cautela, sigo buscando lo que mejor se ajuste para mis comienzos. Se supone que en estos momentos debería estar contactándome con ellos y cerrando tratos, pero primero necesitaba arreglar y definir mi situación, una vez con la estabilidad que necesitaba tendría la cabeza fría para tomar la mejor decisión de todas y aceptar lo que más me convenía.

El eco de mi hazaña ya estaba en oídos de casi todo mundo, por supuesto que las personas del servicio no comentaban ni una sola palabra en mi presencia, aun así, no podía evitar escuchar sus murmullos de asombro y una que otra crítica al descubrirse que tengo una relación con mi prima.

- ¿Cuándo llegaron? - pregunta Grazia regalándome un abrazo de bienvenida - ¿Dónde está Lucy?, ¿ya se lo dijeron a mamá? - ella siempre tan inquieta, ni siquiera me da tiempo de terminar de responderle la primera pregunta.

- Si, ya lo hicimos - digo sin ánimos - así que te harás ya una idea de lo que ella debe sentir o pensar.

- Va a tomar su tiempo, ambos la conocemos - al menos ella si está cargada de algo de positivismo - tengo algo para Lucy.

Mi Luna de Plata - Pasiones ProhibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora