81. Los 80

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Al día siguiente...
Ayer preparamos los decorativos y hoy estábamos preparando la comida, no íbamos a poner mucho, mayormente iban a haber bebidas, pero queríamos hacer una tortilla, partir queso, jamón, poner piquitos, un par de paquetes de papas y poco más. Respecto a la decoración, nos quedó todo genial, iba a ser la mejor fiesta en mucho tiempo.

—¿Qué le queda a la tortilla?— me preguntó Gavi.

—Poco— le dije yo.

Mi hermano estaba partiendo queso, Ansu y Balde terminando de decorar las mesas y el photocall y Ferran y Pedri  hablando con los invitados desde mi móvil, pasándole la dirección exacta, la hora...

Cuando llegó la hora de comer nos hicimos algo rápido porque a las cuatro llegaban los invitados.

—¿Qué hora es?— preguntó Ferran.

—Las cuatro menos cuarto— le respondió Pedri —la gente tiene que estar al llegar—.

—Yo voy a vestirme— dijo Balde.

—Yo igual— se sumó Ansu.

Esta fiesta tenía dos normas. La primera era que estaban prohibidos los móviles durante la fiesta, si querían hacerse fotos tendría que ser al final, y la segunda regla era ir vestidos como en los 80. Yo ya estaba vestida de antes, pero los demás tenían que vestirse.

A las cuatro en punto llegaron Pablo e Iván juntos.

—Sois los primeros en llegar— les sonreí —venís muy guapos— reí.

—Tú igual— me respondió Pablo.

—Gracias— respondí amable —Bueno, en esta caja— la cogí de la mesa de la entrada —tenéis que poner vuestros moviles—.

—¿Por qué?— preguntó Iván sin entender nada.

—Por la privacidad de algunas personas — respondí mientras metían sus móviles ahí —Al final de la fiesta podréis haceros fotos—.

—Menos mal, porque quería hacerme alguna foto contigo— me dijo Pablo.

Entraron y saludaron a los chicos.

Conforme fue pasando el tiempo llegaron mas invitados. Al llegar todos subí la caja de los móviles a lo que era mi habitación en esta casa. Nada más bajar noté el ambiente mejor de lo que me esperaba, sentía que los chicos se iban a sentir menos integrados por ser personas reconocidas, pero no, se ve que, al no haber móviles, todas las conversaciones fluían mejor y esto era una fiesta normal.

Al bajar me fui con Gavi, que estaba arrasando con mi tortilla, llevaba como tres o cuatro trozos.

—Deja para los demás ¿no?— le pregunté riéndome mientras me sentaba encima suya.

—Es que está muy rica— me dijo.

—Lo sé, la he hecho yo— me halagué —pero que solo hay una tortilla—.

—Podría comerme otra cosa, pero no puedo—.

—¿Por qué?— le pregunté inocentemente.

—Porque esa cosa está delante mía con 15 personas al lado—.

—Ay que tonto eres— reí —siempre puedes darle un mordisco— le dije e intentó hacerlo. Yo me aparte entre risas.

—Pero déjame— me pidió y esta vez me besó.

Una voz nos interrumpió casi al minuto.

—Sophia— era Marta —¿podemos hablar contigo un rato?—.

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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(𝐍𝐨)𝐬(𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬) || GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora