Capítulo 8

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A final de turno, cuando Isidoro y Freddy regresaron a comisaría para que el oficial pudiera hacer su 10-10, Trucazo decide subir a la azotea a fumar un poco y hacer una llamada.

Una vez ahí, encendió un cigarro y le dio unas caladas, disfrutando de la brisa que poco a poco se estaba tornando más fría.

Sacó su móvil y anotó un número que no tenía guardado pero se sabía de memoria.

¿Que pasa, neno?—contestó una vez masculina al otro lado de la línea.

—¿Que tal? ¿Como vas con lo que te pedí el otro día?

—No muy bien. Hay muchos rumores en comisaría y en las calles, pero ya sabes lo que pienso de los murmuros. Cuentan mucho pero dicen poco. Es difícil saber qué pasó en realidad.

—¿Y que anda contando la gente?

En las calles, unos dicen que se cruzó con una mafia, les jodió algún negocio y le tocó huir del país. Hay otros que aseguran que el muchacho atacó o mandó a matar alguien, y cuando esa persona no murió, tuvo que huir para evitar a la policía.

La última teoría era absurda. De ser ese el caso, Isidoro no hubiera tenido ninguna oportunidad de obtener una aprobación de traslado de parte de su jefe, y tampoco lo hubieran aceptado en la LSPD.

¿Y la teoría de la mafia? Bueno. Freddy sentía que Isidoro era más del tipo de personas que aprovecharía para picar aún más a la mafia y burlarse en su cara, no huir de ella.

Pero dentro de la policía, la mayoría piensa en dos cosas: un tema amoroso con quién no debía o mala praxis. Los motivos más comunes detrás de los traslados de efectivos policiales.

—¿Tienes pruebas que confirmen o te inclinen a alguna de esas hipótesis?

Nada en concreto, pavo. Como te digo, todos son rumores. Pero, con la información que logré recolectar de su forma de operar, yo descartaría la mala praxis. Y probablemente lo de mandar a matar gente, aunque no estoy seguro.

—¿Tienes información de que era buen policía?

El tío es la mascota de los jefes. El típico que no rompería ninguna regla de manual. Nunca tuvo ni una denuncia por mala praxis. Y algunas de las personas que escuché hablando de la situación estabán felices de que el pavo se hubiera ido de España, ¿sabes? Cuando eres el favorito de tus jefes por hacer todo lo que te piden sin rechistar, acabas ganándote gente que no te soporta.

Freddy frunció el ceño. Si no confiara en su contacto tanto como lo hace, estaría más que seguro que estaban investigando a la persona equivocada. Pero la información parecía cuadrar con lo que decía su informe de traslado. Lo único que no cuadraba en todo esto era el mismo Isidoro.

¿Por qué era Navarro tan extremada y radicalmente diferente en Los Santos a como era en España?

—¿Has intentado investigar a su familia?

Aun no llego a eso. Quería cubrir su área laboral primero. ¿Por qué? ¿Crees que tiene algo que ver con su familia?

—Es posible. El pavo me estuvo haciendo unas preguntas extrañas y se lo vió muy afectado cuando hablaba de eso. Algo sobre tener que elegir su vida o la de alguien que quería.

—Vale, entiendo. Eso puede ser un indicio. Me pondré a investigar a su familia y amigos cercanos.

—Perfecto. Mantenme informado.

Con eso último, el comisario colgó la llamada, borró el número del registro de llamadas y siguió fumandose el cigarrillo.

No mucho después, la puerta de la azotea, que estaba bastante lejos de donde se encontraba Freddy, se abrió. En el silencio, el comisario podía escuchar unos pasos acercándose por su espalda pero no se giró a ver quién era.

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