Apenas escuchaba la radio en el fondo, los murmullos de la noticia apenas hacían eco en su mente. Se encontraba en su auto, el motor ronroneando bajo el capó y la radio encendida, pero su atención estaba en otra parte. Sus dedos tamborileaban sin cesar sobre el volante, y un sonido sordo que acompañaba el murmullo constante de la emisora. Había una leve molestia en su mirada, una tensión que se iba filtrando lentamente en sus pensamientos.
—... Una nueva desaparición ha alertado a las calles locales, principalmente a los vecinos de la calle 47 y Peabody, donde se ha presenciado su desaparición. Vecinos locales afirman haber visto a la víctima con una maleta bajo un farol... Lo último visto fue un auto negro bastante vanguardista salir de la esquina...
Las palabras de la locutora pasaban como un susurro al margen de su conciencia, casi como un zumbido lejano. Movió la cabeza ligeramente hacia la radio, pero no era la noticia lo que mantenía su mente ocupada. Llevaban dentro ya casi 30 minutos. Casi media hora, y aún no había señales de nada. Algo no iba bien, podía sentirlo.
Miró su reloj con impaciencia, el segundero avanzaba con una parsimonia que le resultaba intolerable. Su mandíbula se tensó, y su irritación amenazaba con romper su control.
—Ve a ver qué sucede —murmuró de manera casi mecánica.
La orden no necesitaba ser repetida, estaba siempre a la espera y respondió en el acto. Se esparció sobre el suelo como una neblina negra y densa, fundiéndose con las sombras de la vegetación circundante. Avanzó rápido, con la agilidad de una serpiente deslizándose por los rincones más oscuros, trepando por las paredes hasta llegar al interior donde Tn y Jean se encontraban.
En cuanto cruzó el umbral del pasillo, la escena que presenció fue suficiente para detener su avance por un instante, como si incluso pudiera sentir el peso del horror. Jean, tambaleante, estaba levantándose a duras penas junto al cuerpo inerte de un guardia. Había algo en su postura, como si su propia compostura, siempre inquebrantable, se hubiera desmoronado en un instante. Pero fue lo que la sombra vio a continuación lo que hizo que todo se congelara: yacía en el suelo, su cuerpo pálido como una hoja de papel, rodeada por un charco carmesí que se expandía con lentitud, oscureciendo el suelo bajo su cuerpo.
Jean se giró, como si apenas estuviera reaccionando al peligro, y sus ojos se encontraron con la horrible realidad que había tratado de ignorar. Caminó vacilante, y a cada paso, las emociones que él mismo había suprimido durante tanto tiempo comenzaron a salir a la superficie, como un volcán que se sacude tras años de estar dormido. Miedo. Frustración. Desesperación. Su mirada, siempre fría y controlada, ahora estaba oscurecida por un pánico latente. Sus pupilas se contrajeron, mientras su boca murmuraba palabras inaudibles. Tn se estaba desvaneciendo. Su piel, normalmente tan suave y luminosa, estaba adquiriendo un tono grisáceo, y una sombra de muerte la envolvía.
La bruma observó con detenimiento, y aunque carecía ya hace tiempo de aquellas emociones humanas, había algo en su forma que pareció encogerse, como si presenciar la escena la entristeciera. Jean, un hombre siempre tan duro, estaba ahora de rodillas junto a Tn, impotente. Una lágrima, una solitaria lágrima, corrió por su mejilla, rompiendo la máscara de seriedad que siempre había mantenido. La sombra lo vio todo, cada detalle, cada gesto. Sentía la angustia en el aire, una atmósfera pesada que aplastaba cualquier posibilidad de calma.
Sin perder más tiempo, salió disparada por el mismo camino por el que había entrado. Su velocidad era vertiginosa, recorriendo paredes, colándose por puertas y ventanas. El miedo por la vida de Tn, la incertidumbre del destino que les aguardaba, todo eso la impulsaba. Cruzó habitaciones, pasillos, espacios sombríos, hasta finalmente regresar al auto donde Alastor la esperaba. Se desvaneció en una nube oscura junto al asiento del conductor, recomponiéndose rápidamente para transmitirle la gravedad de la situación a su amo.
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Sinfonía de la muerte (Alastor x Tn)
FanfictionEl tiempo es dinero y Tn lo sabe. No importa tener las manos manchadas cuando hay entre medio grandes negocios. Ahora que se encuentra en la recta final de su gira, desea explorar nuevos terrenos, y que mejor que en el bajo mundo. Pero no siempre s...