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Lo miré de reojo, tratando de descifrar lo que estaba pasando por su cabeza. Y como si sintiera mi mirada, desvió su atención momentáneamente hacia mí. Su expresión cambió levemente; sus labios se curvaron en una suave sonrisa, casi comprensiva. Soltó una de sus manos del volante y la llevó hacia mi mejilla, acariciándola con una ternura inesperada mientras seguía conduciendo con la otra mano. Su toque fue suave, reconfortante, pero no disipó del todo mi intranquilidad.

—No te preocupes, querida —dijo con esa voz profunda que tanto lo caracterizaba—. Sé lo complejo que puede ser esto... pero averiguaremos quién está detrás de ese rumor.

Me quedé en silencio, simplemente asintiendo mientras su pulgar recorría mi piel en suaves círculos. Su mirada seguía enfocada en la carretera, pero su tono no dejaba lugar a dudas: tenía un plan. Él no era alguien que permitiera que un rumor así se esparciera sin más.

—Iremos al Gambler's —añadió, su voz tan baja que apenas lo escuché sobre el rugido del motor—. Hablaré con Husk. Él siempre tiene una forma de enterarse de estas cosas.

La mención de Husk me trajo de vuelta a la realidad. Claro, si había alguien en la ciudad que estuviera al tanto de cualquier movimiento o rumor, era él. Era un experto en información, y si había algo que no sabía, seguramente tendría los medios para descubrirlo.

—Está bien, suena como un buen plan —respondí, tratando de mantener la calma en mi voz, aunque mi mente seguía llena de preguntas.

Alastor mantuvo su mano en mi mejilla un momento más, antes de devolverla al volante y  aceleró ligeramente, como si quisiera llegar lo antes posible al Gambler's. Me dejé caer un poco más en mi asiento, mirando las luces de la ciudad pasar rápidamente por la ventana. No pude evitar sentir que este rumor, podría tener implicaciones más grandes de lo que estábamos dispuestos a admitir. 

El silencio entre nosotros era cómodo, pero cargado. Ambos sabíamos que algo estaba sucediendo, y aunque él intentaba mantenerse sereno por mí, podía ver la preocupación que se escondía detrás de sus ojos. El rumor no era cualquier cosa. Y si alguien estaba esparciéndolo, no era por casualidad.

Alastor aparcó el auto frente al Gambler's y, antes de que pudiera abrir la puerta, se adelantó y me la abrió. Me miró brevemente, sus ojos aún tensos y oscuros, pero en su gesto había una suavidad que contrastaba con la firmeza de sus movimientos. Asentí agradecida, aunque el ambiente entre ambos estaba impregnado de una extraña tensión. Bajé del auto y caminé junto a él, sintiendo el peso de la noche sobre nosotros mientras nos acercábamos al local.

Justo antes de llegar a la entrada, Alastor se adelantó unos pasos, su figura alta y delgada deslizándose con elegancia por delante. Abrió de par en par ambas puertas del Gambler's de manera teatral, y el sonido de las bisagras resonó por el local. 

Lo vi cruzar el umbral con la misma calma fría que llevaba desde que dejamos el bar anterior. Mis pasos se mantuvieron detrás de él, pero no podía dejar de observar cómo su mirada exploraba cada rincón, cada esquina, cada rostro en el bar. Era como si estuviera buscando algo... o a alguien. Su rostro seguía serio, casi helado, y la forma en que enfocaba su atención en cada persona que veía me dio un escalofrío.

Por mi parte, me mantenía alerta, aunque no podía negar que la postura dominante de Alastor en un lugar como este siempre me dejaba con una mezcla de admiración, curiosidad... y atracción. Pero esta vez, había algo más. Había una tensión eléctrica en el aire, y no era solo entre nosotros.

Al llegar a la barra, vi a Mimzy, relajada y cómoda con un martini en mano, charlando animadamente con un hombre que estaba a su lado. Apenas nos vio, su conversación se detuvo de golpe. Sus ojos se abrieron como platos y, con una sonrisa que mezclaba sorpresa y cierta complicidad, nos hizo una señal para que nos acercáramos.

Sinfonía de la muerte (Alastor x Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora