Sinfonía de la muerte (Alastor x Tn)

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La mañana siguiente se presentó con un cielo gris y nublado. La ciudad estaba envuelta en un manto de niebla, lo que le daba un aire de misterio. La preparación para la gira estaba casi completa; el último chequeo de los detalles se había realizado, y ahora era el momento de embarcarse en la aventura.

En mi apartamento, mientras empacaba las últimas cosas en mi maleta, mi mente no podía evitar repasar la conversación con Kevin de la noche anterior. La preocupación por las desapariciones y los asesinatos recientes en las ciudades era una sombra que no podía ignorar. Sin embargo, mi deseo de culminar la gira con éxito me daba la determinación necesaria para seguir adelante.

Con un último vistazo a mi apartamento, me dirigí al vestíbulo donde Kevin me esperaba con las maletas. Ya estaba listo para irse, y su actitud optimista era contagiosa, aunque yo aún me sentía inquieta.

—Todo listo para partir —dijo Kevin, revisando su lista—. El primer destino es Los Ángeles.

—Perfecto —respondí, tratando de mantener una actitud positiva mientras cargaba la maleta en el auto—. Solo asegúrate de que todo esté en orden.

El viaje al aeropuerto fue relativamente tranquilo, y la preparación para abordar el avión se realizó sin contratiempos. Mientras esperábamos en la sala de embarque, me senté a mirar la gente pasar, sintiendo la adrenalina que siempre precedía a una gira. La seguridad y la organización estaban en su punto, pero había algo en la atmósfera que no podía poner en palabras.

La llegada a Los Ángeles fue un éxito. Nuestro equipo se encargó de la logística con rapidez, y la primera parada estaba lista para recibirnos. La ciudad parecía vibrar con energía propia, y la atmósfera en el club donde se realizaría el primer show era prometedora.

—Aquí estamos, Tn —dijo Kevin mientras entrábamos al club—. Todo está preparado para el espectáculo de esta noche. ¿Estás lista?

—Lista como siempre —respondí con una sonrisa, aunque mi mente seguía en parte ocupada con las preocupaciones de Kevin.

El ambiente del club era acogedor. La clientela estaba ansiosa, y el entusiasmo era palpable. El show transcurrió sin problemas, y al finalizar, recibimos elogios y felicitaciones. Mientras la noche avanzaba, no podía dejar de pensar en las recientes noticias que había oído, una parte de mí no podía evitar estar alerta.

Después del show, regresamos al hotel donde nos alojaremos solo por esa noche. La habitación era cómoda, y el silencio del lugar me permitió relajarme un poco. Me deslicé bajo las sábanas y traté de desconectar, pero una llamada pendiente me hizo saltar de la cama.

— ¿Hola?

— Soy yo, te has enterado de las desapariciones, ¿verdad?— Respondí tratando de ser lo más fría posible.

— Sí. — Respondió haciendo una pausa. Mientras, escuchaba un suave murmullo de fondo. Hasta que contestó con un tono de cansancio. — Estamos trabajando en eso señora... Como habíamos acordado, Jean está al pendiente suyo, solo tienes que avisarle.

— Jean, entendido. Buenas noches.

No necesitaba más detalles. Miré alrededor de la habitación, tratando de no darle demasiada importancia, pero sentía un cosquilleo en mi interior. Finalmente, me acosté y traté de dormir.

La mañana siguiente, Los Ángeles me recibió con un cielo despejado y un sol radiante. El día estaba lleno de preparativos para un nuevo destino.

— Buenos días bella, ¿Cómo te sientes hoy? —preguntó lleno de energía Kevin mientras nos encontrábamos en el pasillo del hotel.