La casa estaba completamente en silencio.
Las paredes burdeos envolvían la habitación y los cuadros de rostros sonrientes contrastaban con la quietud que allí dormía. El delicado cristal que los protegía reflejaba los valientes rayos de luz que luchaban por atravesar las gruesas cortinas al lado de la cama, una cama que, como una cuna, apenas se hundía bajo el peso de las sábanas de seda y los acolchados de plumas rojos, perfectamente alineados con el elegante estilo del dormitorio. Tn yacía inmóvil bajo ese manto carmesí. Su rostro, pálido, comenzaba a recuperar color lentamente; sus ojos permanecían cerrados con prominentes ojeras, y sus labios, usualmente jugosos, ahora estaban resecos, como si aún llevaran las huellas de lo vivido. Su respiración era lenta y casi imperceptible, apenas notoria bajo las colchas que la cubrían.
Pero en la quietud evidente, la habitación estaba sumida en una capa cálida que cubría cada rincón, solo percibida por la figura que se encontraba sentada en la esquina del dormitorio. Un sillón verde bosque, un color tan oscuro que parecía querer ocultarse entre las sombras, decorada finamente por hilos dorados estaba ocupada por Alastor, quien la miraba fijamante desde su posición. Mantenía una postura firme, casi sintetizada con el asiento. Sus piernas cruzadas, y su cuerpo recostado en el respaldo, parecía imperturbable, salvo por su pulgar, que recorría suavemente su mejilla mientras esperaba a que aquella mujer despertara.
Un sociego total. Que al paso de los días, se fue convirtiendo en una tranquilidad preocupante, casi perturbando su psique. Hacía cinco días que todo seguía igual. El mismo vacío, la misma posición, la misma rutina.
Apenas dormía, su mente estaba sumida en recuerdos y pensamientos oscuros todo el tiempo, que solo lo hacían vivir de manera mecánica. 6:30 se levantaba. A las 8:00 llegaba al trabajo. 10,30 Niffty estaba en su casa y se iba a las 18, cuando Alastor salía de su trabajo. La casa nunca estaba sola. Siempre había alguien o algo cuidando cada movimiento, cada partícula de aire que se movía era notada. Todo seguía un plan meticulosamente calculado, cada horario, cada tarea, para mantener el control absoluto sobre el espacio y su nueva habitante.
En esos días, mientras navegaba en los tormentos de su propia mente, descubrió algo de lo que antes no había sido consciente: era más débil. Se había vuelto más frágil, lo sentía en cada acción, en cada pensamiento. Se movía y actuaba como alguien quebrantado. Pero, ¿por qué? Las preguntas lo sofocaban, aunque las respuestas estaban justo frente a él, claras como el agua, pero imposibles de aceptar.
Tn.
Aquella mujer, un completo enigma desde que apareció. Encendió en él una fascinación peligrosa. Desde el primer momento en que la vió en aquel café, algo lo atrajo de manera intensa. Sin duda, se sentía atraído, después de todo, solo era una tentación carnal. Pero no solo era eso, ¿O sí?
Los días pasaron, las semanas fueron siendo meses y cada que estaba cerca de aquella muchacha, su cuerpo respondía incontrolablemente. Su pecho parecía arder y latir con más fuerza, donde las emociones parecían actuar por sí solas. Celos. Protección. Miedo. Amor.
¿Amor? Imposible.
Se levantó rápidamente de su asiento y salió de aquella penumbrosa habitación. Su mente comenzó a perturbarse de tanto mirarla, era eso. No podía ser. Sus pasos resonaban en la escalera hasta caer en la cocina, para servirse un whisky puro. El ardor en su garganta se instaló como un nuevo sentimiento, uno lento y profundo, borrando temporalmente aquellos que lo atormentaban.Pero volvieron antes de lo esperado.
¿Realmente la quería?
Parecía tonto que se cuestionara esto luego de todo lo que vivieron. Justo cuando la tenía en su hogar, en su habitación, esperando impacientemente a que despertase, poder oír su armoniosa voz nuevamente, y sentir la unión de sus labios de vuelta.
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Sinfonía de la muerte (Alastor x Tn)
FanfictionEl tiempo es dinero y Tn lo sabe. No importa tener las manos manchadas cuando hay entre medio grandes negocios. Ahora que se encuentra en la recta final de su gira, desea explorar nuevos terrenos, y que mejor que en el bajo mundo. Pero no siempre s...