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—¡Alastor! —La voz de Tn me sacó de mi concentración. Me giré y la vi tambaleándose hacia nosotros, con los ojos entrecerrados por la borrachera y la lluvia que caía intensamente.

—Tn, ¿Qué haces aquí? —pregunté, mi voz cargada de irritación y sorpresa.

—Me dejaste sola... Te busqué por todos lados... —murmuró, su tono era una mezcla de reproche y desorientación.

—Vuelve al bar, querida. Esto no te concierne —le ordené, tratando de mantener la calma.

—¿Qué haces con él? —preguntó, acercándose más, su curiosidad visiblemente despertada a pesar de su estado.

—Nada que necesite preocuparte —dije, intentando sonar calmado mientras mi paciencia se agotaba.

—Ooh, ¿estás haciendo un pedido? ¿Por qué no me llamaste? Pensé que éramos un equipo.— Hablaba con una cierta tristeza en su voz, haciendo una breve pausa. — ¡Quiero ayudar!

Antes de que pudiese contestar, Tn se lanzó hacia nosotros, arrebatándome la navaja con una sorprendente rapidez y fuerza. En su estado, era impredecible.

—¡Tn, detente! —grité, pero era demasiado tarde.

Con una mirada de emoción desenfrenada, Tn empezó a apuñalar al hombre con la navaja, una y otra vez. Cada golpe era feroz y desesperado, como si estuviera descargando toda la confusión y el dolor acumulados en su interior. El hombre gritó de agonía, pero sus gritos fueron rápidamente ahogados por la lluvia y el sonido de la navaja entrando en su carne.

—Tn, ¿Qué estás haciendo? —le grité, intentando detenerla, pero ella no escuchaba.

—¡Ayudando! ¡Espero que te estés divirtiendo tanto como yo querido! —gritó entre carcajadas y sollozos, su rostro era una mezcla de euforia y desesperación.

Me quedé paralizado por un momento, impactado por la brutalidad de la escena. Todo había sucedido demasiado rápido para que pudiera detenerla. Cuando Tn finalmente se detuvo, su respiración era pesada y sus manos estaban cubiertas de sangre. El cuerpo del hombre yacía inmóvil en el suelo, la vida escapándose de él con cada segundo que pasaba.

Tn miró sus manos ensangrentadas con una mezcla de horror y desconcierto. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras comprendía lo que había hecho. Se dejó caer de rodillas junto al cuerpo, sollozando incontrolablemente.

—Oh no... lo siento... lo siento tanto... —murmuró entre lágrimas, acariciando el rostro del hombre muerto con dedos temblorosos—. Perdón... perdón... No debía hacerlo...

Mi mente todavía estaba procesando lo que acababa de ocurrir. La noche había dado un giro completamente inesperado, y la brutalidad de la situación me había dejado atónito. Me acerqué a Tn lentamente, arrodillándome a su lado y colocando una mano sobre su hombro.

—Tn... —susurré, mi voz más suave de lo que hubiera esperado—. Necesitamos irnos de aquí. Ahora.

Ella levantó la mirada hacia mí, sus ojos llenos de confusión y desesperación. La ayudé a levantarse, y juntos nos alejamos del cuerpo inerte. El viento frío y la lluvia seguían golpeándonos, pero en ese momento, la tormenta en el exterior parecía insignificante comparada con la tormenta emocional que había dentro de Tn.

— Está bien. Llama a jean para que se encargue. — dijo volviendo a su habitual carisma mientras se iba con una sonrisa siniestra.

La llevé de vuelta al bar, asegurándome de que estuviera a salvo mientras mi mente ya comenzaba a planear cómo manejaríamos las consecuencias de lo que había ocurrido. La noche aún no había terminado, y sabíamos que más problemas nos aguardaban, pero por ahora, lo más importante era proteger a Tn y asegurarnos de que saliera de esta situación con el menor daño posible.

Sinfonía de la muerte (Alastor x Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora