Vacío. Oscuro y lúgubre vacío.
Era lo único que divisaba, lo único que sentía, como si todo lo que alguna vez fui se hubiera desvanecido en ese abismo sin fin. No había arriba ni abajo, izquierda ni derecha. Solo la nada. Mis manos, extendidas, se deshacían en el vacío al intentar agarrar algo, cualquier cosa, pero no había nada a lo que aferrarse. No había más que un eco de mi propio ser, vagando sin dirección, sin tiempo. No podía recordar cuándo empezó ni cuándo terminaría.
Intenté moverme, pero mi cuerpo no respondía. Intenté gritar, pero mi voz estaba atrapada en mi garganta, sofocada por el peso de la nada. Mis recuerdos eran vagos, dispersos, como si estuvieran fragmentados en algún rincón de mi mente.
Cada tanto, algo interrumpía la calma inquietante. Algo, no era un sonido exactamente, más bien era un eco, una vibración que apenas alcanzaba mi consciencia. Lo sentía distante, como si viniera desde lo más profundo de algún lugar que no alcanzaba a ver. No podía descifrarlo, pero me recordaba que algo, o alguien, estaba cerca. No estaba sola.
Pero esa compañía era intermitente. A veces estaba todo el tiempo, apenas perceptible, y a veces desaparecía, dejando tras de sí una soledad aún más densa. Me encontraba perdida entre esas idas y venidas, flotando sin rumbo. Intentaba aferrarme a la voz, a la sensación de que algo estaba ahí conmigo, pero siempre se desvanecía antes de que pudiera alcanzarlo.
Y el vacío volvía, envolviéndome otra vez en su abrazo frío y pesado.
De vez en cuando, la oscuridad se agitaba, y esa voz volvía a aparecer. Esta vez, más cerca. Había algo en ella que me resultaba familiar. Era suave, cargada de una tristeza profunda que, sin saber por qué, me atravesaba el pecho. Me hacía sentir como si alguien estuviera ahí, a mi lado, suplicando, esperando... ¿esperando qué?
Quise responder, decirle que estaba aquí, pero algo me lo impedía. Algo me mantenía atrapada, incapaz de reaccionar. Quise correr hacia esa presencia, pero no había tierra bajo mis pies, solo el vacío. Era como si estuviera atrapada en un mar oscuro sin poder nadar hacia la orilla.
El eco se hacía cada vez más insistente. No podía ignorarlo. Sentía cómo mi mente, que antes flotaba a la deriva, comenzaba a enfocarse, a centrarse en esa voz que se volvía más tangible. La sensación era extraña, porque no eran palabras lo que escuchaba. No podía describirlo con precisión. Era más como un sentimiento, como si esa presencia estuviera proyectando su deseo, directamente hacia mí.
El tiempo siguió pasando, o eso creía, aunque no podía medirlo. El eco, esa sombra de voz, seguía apareciendo y desapareciendo. Cada vez que se desvanecía, sentía una punzada de desesperación, como si mi única conexión con el mundo real se estuviera alejando. Pero entonces volvió, más fuerte que antes. Esta vez, no iba a dejar que se fuera. No podía perderla de nuevo.
Empecé a moverme, o al menos lo intenté. No sabía cómo, pero necesitaba alcanzar esa voz, esa presencia que me llamaba desde la distancia. Intenté correr, pero mis pies no tocaban el suelo. Era como nadar en un mar de sombras, cada brazada era una lucha, pero cada vez la voz se hacía más fuerte, más clara.
La oscuridad se retorcía a mi alrededor, tratando de aferrarse a mí, de retenerme, pero yo seguía avanzando, cada vez más rápido. No iba a permitir que se escapara de nuevo.
Sentía que algo cambiaba. La presión en el aire era diferente, como si el vacío que me rodeaba estuviera perdiendo fuerza. Y la voz, ese eco que antes era tan distante, ahora estaba tan cerca que casi podía tocarla. No te vayas, pensé con desesperación. Estoy aquí. Estoy intentando llegar.
Finalmente, algo estalló en mi interior, una fuerza que me empujó hacia adelante, un destello de energía que atravesó la negrura que me envolvía. Sentí cómo la oscuridad, que antes era densa y opresiva, comenzaba a resquebrajarse. Corrí —o al menos, esa era la sensación—, atravesando el abismo que me rodeaba. No podía verlo, pero lo percibía en todas partes, como si el mismo vacío intentara aferrarse a mí, estirando sus tentáculos invisibles para detenerme. Pero no podía detenerme, no ahora.
![](https://img.wattpad.com/cover/318626617-288-k593239.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Sinfonía de la muerte (Alastor x Tn)
FanfictionEl tiempo es dinero y Tn lo sabe. No importa tener las manos manchadas cuando hay entre medio grandes negocios. Ahora que se encuentra en la recta final de su gira, desea explorar nuevos terrenos, y que mejor que en el bajo mundo. Pero no siempre s...