Sinfonía de la muerte (Alastor x Tn)

5

Nueva Orleans se despertaba con el suave murmullo de la brisa matutina y el aroma de café y beignets que se filtraba en las calles. Tn salió de su habitación en dirección a la de Kevin. Con una sonrisa en el rostro, se dirigió hacia la puerta de la habitación del rubio, sintiendo una ligera emoción por el nuevo día que les esperaba. Casi no recordaba los malos ratos de la noche anterior, el paquete fue entregado a tiempo.

Al abrir la puerta, se encontró con Kevin aún plácidamente dormido, envuelto en sábanas y almohadones en un sueño profundo. La escena era casi cómica, con Kevin completamente desordenado en su cama. Tn no pudo evitar reírse suavemente.

Decidida a despertarlo de la manera más pacífica posible, Tn caminó lentamente hacia la cama y se inclinó, examinando a Kevin con una sonrisa traviesa. Luego, sin hacer ruido, se preparó para un pequeño ataque sorpresa. Con un brinco, se lanzó sobre él.

— ¡Buenos días, Kevin! —exclamó Tn, mientras lo despertaba con una risita contagiosa.

Kevin saltó de la cama, con los ojos aún medio cerrados y una expresión de sorpresa en su rostro. Al ver a Tn riendo y sentada a su lado, no pudo evitar soltar una risa incrédula.

— ¡Tn! —dijo Kevin, estirándose mientras se incorporaba—. ¿Qué hora es? ¿Por qué me estás atacando en la cama?

— Es solo una forma amistosa de decirte que es hora de levantarse —respondió Tn, con una sonrisa de oreja a oreja—. ¡Vamos, tenemos mucho por hacer hoy!

Kevin parpadeó y miró el reloj en la mesa de noche, dándose cuenta de que se había pasado de la hora en su sueño reparador.

— ¡Oh, cielos! —exclamó, levantándose de un salto—. ¡Tienes razón!

Tn se levantó riéndose mientras Kevin se apresuraba a cambiarse rápidamente. El aroma del café recién hecho llenaba el aire. Cuando Kevin ya estaba vestido y con una expresión de remordimiento por haber dormido tanto, Tn le ofreció una taza de café.

— Aquí tienes. A veces, un buen café puede arreglar cualquier mal día.—dijo Tn con una sonrisa.

— Gracias —respondió Kevin, tomando la taza con gratitud—. Y lamento la tardanza. Me dejé llevar por el sueño.

— No te preocupes —dijo Tn, sirviéndose también una taza—. ¿Qué planes tenemos para hoy?

— Bueno, —dijo Kevin, consultando su agenda— bebes de terminar con tu elección musical. También deberíamos pasar por el lugar de la primera presentación para hacer una revisión final. Aunque lo podríamos pasar para mañana ahora que lo pienso —hablaba para sus adentros.— Y, casi lo olvido, tienes la entrevista en la radio. He escuchado maravillas del locutor. — Riéndose pícaramente mientras subía y bajaba sus cejas a modo de complicidad.

— Uuh te gustan los locutores, querido—Me ría mientras me levantaba para retirarme de la habitación. — ¿Por qué no vamos a dar un paseo por la ciudad antes de ir a la entrevista? Podríamos almorzar afuera. —sugirió Tn—. Aprovechemos el sol.

Kevin asintió, tomando un sorbo de su café antes de asentir con una sonrisa.

— Suena bien. Vamos a disfrutar de la ciudad antes de entrar en el torbellino de la gira.

Así, con una taza de café en mano y una actitud renovada, Tn y Kevin enfrentaron los torbellinos repentinos de aire frío para explorar las calles de Nueva Orleans. La ciudad se mostraba vibrante y llena de vida. Tn estaba decidida a aprovechar cada minuto en esta ciudad mágica, y su energía era contagiosa. Mientras caminaban, Kevin no pudo evitar sentirse inspirado por la extraña actitud positiva de Tn. Luego de una hora pararon en un local de comida. Al mirar el menú, eligieron algo llamado Muffuletta...