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Jean y Marco se movieron rápidamente, cada uno cumpliendo su tarea. Me quedé en silencio, observando cómo se preparaban para la noche que se avecinaba. Minutos después, estábamos en el auto, recorriendo las calles en busca de una víctima.

Conducíamos lentamente, observando a los transeúntes con una mirada depredadora. Las luces de la ciudad parpadeaban a nuestro alrededor, y la adrenalina comenzaba a correr por mis venas. Mientras miraba por la ventana, una figura llamó mi atención. Era alta, elegante, con un aire de misterio que me resultaba extrañamente familiar. Por un instante, pensé que había visto a Alastor, pero descarté la idea tan pronto como llegó. Debía concentrarme en nuestra misión.

POV Alastor

La noche era perfecta para la cacería. Caminaba por las calles con una sonrisa en el rostro, buscando a mi próxima presa. La ciudad ofrecía tantas opciones, tantas almas perdidas y vulnerables. Mientras observaba a la multitud, un auto negro recorriendo las calles lentamente captó mi atención. Logré visualizar dos hombres grandes y lo que parecía ser una mujer en el asiento de acompañante, su rostro oculto por la oscuridad pero con un perfil que se me hacía familiar, despertó mi curiosidad. ¿Quiénes eran? Decidí mantenerme a la sombra, observando, siempre disfrutando de la anticipación de la caza.

POV Tn

Continuamos conduciendo, cada vez más cerca de nuestro objetivo. Finalmente, encontramos a alguien. Un hombre solitario, caminando por una calle oscura. Jean detuvo el auto y salió junto a Marco, mientras yo, esperaba dentro. Se acercaron sigilosamente, y antes de que pudiera reaccionar, Marco lo agarró y le inyectó un sedante. El hombre cayó inconsciente en cuestión de segundos. Lo metieron en el auto y nos dirigimos a la casa.

El viaje de regreso fue tenso, cada uno de nosotros consciente de lo que estábamos haciendo. Llegamos a la casa y llevamos al hombre a una habitación preparada para la operación. Mientras Jean y Marco se aseguraban de que todo estuviera listo, yo me acerqué a la mesa de instrumentos. La operación sería precisa y rápida. Víctor quería los riñones intactos, y no podía permitirme ningún error.

Agarré el bisturí esterilizado e hice una incisión limpia y empezó el proceso de extracción. Jean asistía, asegurándose de que todo saliera según lo planeado. Marco observaba, listo para intervenir si era necesario. La tensión en la habitación era palpable, pero estábamos bien entrenados para este tipo de trabajos.

Finalmente, los riñones fueron extraídos y colocados en un contenedor especial. Todo había salido según lo planeado. Limpios y eficientes, nos aseguramos de que no quedaran rastros de nuestro trabajo. La víctima, ahora sin vida, sería desechada más tarde. Por ahora, lo más importante era entregar los riñones a Victor y asegurarnos de que recibiera lo que había pedido.

Después de una noche agotadora, regresé al hotel con Marco, dejando a Jean para que se encargara de limpiar y deshacerse de la evidencia. La atmósfera en el hotel era una mezcla de calma inquietante y tensión. Me deslicé en mi cama con una sensación de agotamiento profundo, pero también con una cierta satisfacción. Había manejado el encargo con precisión y eficiencia. Ahora solo quedaba enfrentar el siguiente desafío, la presentación de esta noche y la entrega del "pedido" a Victor.

El día siguiente se presentó oscuro y frío. Me desperté temprano, aún con el eco de la noche anterior en mi mente. El cielo estaba cubierto de nubes pesadas, y el viento parecía susurrar advertencias. Me levanté, me duché y bajé al comedor del hotel para desayunar. Allí, Kevin ya me esperaba.

El comedor estaba iluminado por una luz tenue, y el aroma del café recién hecho llenaba el aire. Me senté junto a Kevin, que estaba con una energía envidiable. El desayuno se sirvió rápidamente: café negro, croissants frescos y frutas. Mientras comíamos, discutimos los preparativos para el show de esa noche.

Sinfonía de la muerte (Alastor x Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora