Ha llegado una luna llena muy especial para Reika, ya que ha hecho que conozca a Max, Ayax y Duke.
Podéis leer su aventura, ambientada en Galicia, en capítulos cortos y muy ilustrados.
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—Y vosotros estaréis en las zonas de la muralla y el museo provincial, ¿entendido?— ambos asintieron y salieron en dirección hacia allí. Había repartido hombres lobo por los alrededores, de modo que solo quedaba un puesto que cubriríamos Hades y yo.
La zona norte estaba controlada por Max y su familia, Duke y los suyos se encargaban de la parte suroeste, Ayax y su manada cubrían el sudeste, y nosotros nos encargábamos del centro.
Hades estaba conmigo porque había insistido en proteger a María lo más cerca posible. Estábamos en lo alto de una colina muy cerca del pazo de su familia, era un buen punto estrategicamente hablando ya que permitía ver unos cuantos kilómetros a la redonda.
—¿Cuándo piensan venir?— gruñó él mientras miraba a través de los prismáticos. Parecía impaciente por luchar.
—Está a punto de irse el sol.— señalé el atardecer, que en otra situación hubiese sido digno de admirar.— Las cucarachas salen de noche.
Se hizo un silencio mientras los dos veíamos el sol ponerse entre las nubes rosadas y las montañas. El silencio no resultaba incómodo, pero comprendí que al acurrucarnos el uno contra el otro en estos momentos corríamos el riesgo de quedarnos dormidos.
—No podemos bajar la guardia, Hades.— dije quitándole los prismáticos de la mano.
—Hablemos para mantenernos despiertos.—propuso él. En sus ojos cansados vi que no tenía nada que contar, y lo cierto es que yo tampoco.
—No es la primera vez que los franceses intentan invadirnos.— me preparé para soltar los conocimientos que Ayax me había ayudado a sacar de mis clases de historia.
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