Ha llegado una luna llena muy especial para Reika, ya que ha hecho que conozca a Max, Ayax y Duke.
Podéis leer su aventura, ambientada en Galicia, en capítulos cortos y muy ilustrados.
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Yo iba apretada junto a las armas de plata y los tarros de hierbas nocivas, mientras que en los asientos estaban Asena conduciendo y Hades con María abrazados.
—Hola, solo quiero recordaros lo mucho que os quiero.— me esforcé por contener las lágrimas, lo cierto es que nada me apetecía más que volver a esos momentos en los que estábamos tirados en la cama sin hacer nada más que querernos.— Y que nadie se acerque a la iglesia de San Xoán da Cova.
De pronto llegó un olor a mí que era como una bofetada sucia hasta los pulmones, lo reconocí al instante. Todos en la furgoneta lo notamos y cerramos las ventanillas, pero fue inútil.
—Son los pedos de lobo.— aclaró Asena.— Parece que está empezando.
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Al parecer los franceses también lo notaban porque podía escuchar maldiciones y hasta arcadas a mis espaldas.
—Menos mal que ya hemos llegado.— dijo Asena. Conseguí hacerme un hueco entre las cosas y asomarme por la luna, ante nosotros estaba la iglesia de San Xoán da Cova.—Deprisa.
María, Asena y yo bajamos de la furgoneta; así como los pulverizadores de pesticida, las escopetas con balas de plata, varios cuchillos y un equipo de altavoces que Asena había preparado.
Hades se despidió de María con un último abrazo y dió la mano a Asena, a mí no quiso ni mirarme ya que seguía enfadado porque había puesto en riesgo al amor de su vida. Entonces se subió al vehículo de nuevo y se marchó a repartir armas entre los nuestros y a avisarles de que no fuesen donde nosotras estábamos.
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