Capítulo 12: El Plan de Rescate

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El ambiente en el hospital estaba cargado de una mezcla de preocupación, rabia y culpa. La revelación de que Nicolle vivía en un orfanato y había sido víctima de maltrato durante años cayó como una bomba sobre los jugadores y el cuerpo técnico. Ninguno de ellos se había imaginado lo que su compañera había estado sufriendo en silencio, y ahora todos se sentían como si le hubieran fallado.

Gavi, Ferran, Pedri y otros jugadores más jóvenes se ofrecieron rápidamente a acompañar a Nicolle mientras era trasladada a una habitación de recuperación tras la operación. No querían dejarla sola, ni por un segundo. Sabían que, cuando despertara, necesitaría ver caras familiares, rostros de personas que estuvieran allí para apoyarla, aunque aún no entendieran completamente lo que había pasado.

Mientras tanto, en una sala aparte del hospital, los jugadores más veteranos, como Busquets, Jordi Alba y Ter Stegen, junto con Xavi, discutían en voz baja, intentando comprender la situación y decidir cómo podían ayudar a Nicolle. Los rostros serios de todos reflejaban la gravedad del momento.

—No puedo creer que hayamos estado tan ciegos —dijo Jordi Alba, frotándose las sienes con frustración—. Nicolle ha estado sufriendo esto durante años y nosotros... ¿cómo no nos dimos cuenta?

Busquets asintió, con una expresión sombría en su rostro.

—Siempre asumimos que tenía padres. Nunca cuestionamos nada. Pensábamos que era solo una chica reservada... No teníamos idea de lo que estaba pasando realmente.

—Hemos fallado —añadió Ter Stegen—. Deberíamos haber estado más atentos. No es normal que alguien oculte tanto dolor sin que nadie lo note.

Xavi, que había estado escuchando en silencio, levantó la cabeza con determinación. Sabía que, como entrenador, tenía la responsabilidad de proteger a sus jugadores, pero esta situación era mucho más complicada de lo que cualquiera había imaginado.

—Tenemos que hacer algo ahora mismo —dijo con firmeza—. Nicolle no puede volver a ese lugar. No después de lo que hemos descubierto. Pero este no va a ser un camino fácil.

Los jugadores asintieron, sabiendo que lo que Xavi decía era cierto. No bastaba con expresar su apoyo o sentir culpa; tenían que actuar para sacar a Nicolle de esa situación.

—¿Qué podemos hacer? —preguntó Busquets—. No somos expertos en esto, pero no podemos dejarla sola en esto.

Xavi se levantó, marcando el número del club desde su móvil.

—Voy a hablar con la directiva —dijo, mientras el teléfono sonaba al otro lado—. Necesitamos saber toda la verdad sobre lo que ha pasado con Nicolle desde que llegó al club. Si esos "padres" han estado manejando su dinero y manipulando su vida, tenemos que detenerlo. Y si el orfanato está detrás de todo esto, será un caso legal. Vamos a necesitar ayuda profesional.

Mientras Xavi esperaba que le contestaran, los demás jugadores seguían hablando entre ellos. La idea de que Nicolle había estado trabajando tan duro, entrenando, jugando con el equipo, todo mientras sufría abusos y se mantenía callada, era algo que no podían soportar.

—Ella es una de los nuestros —dijo Ferran, que acababa de volver de la habitación de Nicolle—. No podemos permitir que siga así. Una vez que salga del hospital, tiene que estar con nosotros, en todo momento. En La Masia o con alguno de nosotros, pero no volverá a ese infierno.

Pedri asintió, mirando a Ferran con determinación.

—Haremos todo lo que sea necesario para que esté a salvo. Ya ha sufrido suficiente.

Xavi, que seguía al teléfono, finalmente logró contactar con la directiva del Barça. Tras unos minutos de espera, comenzó a hacer preguntas directas.

—Necesito todos los detalles sobre Nicolle desde que llegó al club. Quiero ver sus datos, su contrato, cualquier información sobre los padres que supuestamente han estado manejando su vida. Hay algo que no encaja aquí, y tenemos que aclararlo —dijo Xavi, su tono cada vez más serio.

Tras una pausa mientras buscaban los archivos, la información que llegó fue aún más inquietante. Según los registros, Nicolle estaba registrada como viviendo con unos supuestos padres, quienes se encargaban de todo lo relacionado con su vida fuera del club. Eran ellos quienes firmaban los documentos médicos, manejaban su salario y tomaban todas las decisiones importantes. Pero Xavi sabía ahora que esos "padres" no existían. Todo había sido una farsa, un encubrimiento del orfanato.

—Esto es más grande de lo que pensábamos —dijo Xavi, dirigiéndose al grupo después de colgar el teléfono—. Todo el dinero que Nicolle ha ganado ha sido controlado por el orfanato, y han estado manipulando cada aspecto de su vida. No será fácil, pero vamos a llevar esto a juicio. Ella no puede volver allí.

Los jugadores asintieron en silencio, procesando la magnitud de lo que Xavi acababa de decir. Había una batalla legal por delante, pero lo más importante era que Nicolle estuviera a salvo. Sabían que esto no solo sería difícil para ella, sino para todos los que intentaran protegerla.

Jordi Alba se cruzó de brazos, mirando a los demás.

—Lo que sea necesario —dijo, con convicción—. Haremos lo que haga falta. Si tenemos que ir a juicio, iremos. Pero Nicolle no volverá a ese lugar.

Xavi asintió, compartiendo el sentimiento.

—De momento, tenemos que asegurarnos de que cuando despierte, sepa que no está sola. Iremos paso a paso. Primero, su recuperación. Luego, nos encargaremos de lo demás.

Los jugadores, aunque aún llenos de incertidumbre y ansiedad, sintieron una renovada sensación de propósito. Sabían que proteger a Nicolle no sería fácil, pero estaban dispuestos a luchar por ella, como compañeros de equipo, pero sobre todo, como una familia.

"Silencio en la cancha" (Pablo Gavi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora