El día después de asistir al partido con el equipo, Nicolle se despertó con una sonrisa que hacía tiempo no mostraba. Aunque no había jugado, la experiencia de volver a vivir la emoción de un partido la había llenado de energía y esperanza. Se sentía más cerca de su objetivo, y eso era un impulso mental que necesitaba después de tanto tiempo fuera de la cancha.
Fer y Pedri, siempre atentos, también notaron el cambio en su actitud. Después del desayuno, mientras planeaban las actividades del día, Pedri comentó:
-Pareces mucho mejor hoy, ¿cómo te sientes?
-Más fuerte, con más ganas. Me hacía falta volver a sentir la atmósfera del estadio. Aunque no pude jugar, estar allí fue como una inyección de energía -respondió Nicolle, con una sonrisa llena de determinación.
Sabía que aún quedaba camino por recorrer, pero poco a poco sentía que se acercaba el día en que podría volver a correr por el campo. Los médicos del Barcelona seguían atentos a su progreso, y su entrenador también le había mostrado su apoyo, animándola a seguir con los ejercicios moderados.
Los días siguientes continuaron con la misma rutina: gimnasio por la mañana y sesiones de fisioterapia por la tarde. El equipo médico había diseñado un plan específico para fortalecer sus músculos, y la prioridad seguía siendo evitar cualquier recaída. Su cuerpo, aún recuperándose de la mononucleosis y el accidente anterior, necesitaba más tiempo para alcanzar el nivel de competición. Sin embargo, Nicolle era constante, y su compromiso era indudable.
Durante una de sus sesiones de fisioterapia, Gavi apareció por sorpresa. Había terminado su entrenamiento un poco antes y decidió visitarla.
-¿Cómo va todo, guerrera? -preguntó mientras se apoyaba en la puerta con una sonrisa.
-Va mejor, cada día un poco más fuerte -respondió Nicolle, mientras trabajaba con las pesas en el gimnasio.
Gavi se acercó y se sentó a su lado, observándola con orgullo. Sabía lo difícil que había sido para ella todo este tiempo alejada de los partidos y del ritmo normal del equipo, pero también sabía que Nicolle era incansable. No dejaba que las dificultades la derrumbaran.
-No te queda nada para volver. Ya verás -le dijo con convicción.
Después de la sesión, ambos salieron del gimnasio y se sentaron en una de las bancas del centro de entrenamiento, disfrutando de la tranquilidad de la tarde. Nicolle, aunque aún tenía que tener cuidado con los esfuerzos, sentía cómo su cuerpo respondía mejor cada día.
-¿Sabes? A veces pienso que el fútbol es lo que más amo en la vida, pero estos meses me han hecho darme cuenta de que también es lo que más me exige. Y es difícil estar tanto tiempo sin hacer lo que te apasiona -confesó Nicolle, con un tono reflexivo.
-Es normal. El fútbol nos da todo, pero también nos lo quita por momentos. Pero cuando vuelvas, serás aún más fuerte. Ya lo estás demostrando solo por todo lo que has pasado -respondió Gavi, apoyándola con su mirada firme.
Nicolle se sintió reconfortada con sus palabras. Sabía que no solo se trataba de volver físicamente, sino también mentalmente. Había sido un proceso difícil, y aunque el apoyo de su familia y amigos había sido crucial, la lucha interna para no rendirse también había sido intensa.
En casa, esa noche, Fer y Pedri organizaron una pequeña cena para celebrar los avances de Nicolle. Sabían que cada pequeño paso hacia su recuperación era motivo de celebración. La atmósfera en el hogar estaba llena de risas y bromas, y por un momento, todos podían olvidar lo duro que había sido el último tiempo.
-Mira que pronto vamos a estar celebrando tu primer gol después de todo esto -dijo Pedri mientras servía la comida.
-Eso espero. Pero antes, déjenme al menos entrenar con el equipo completo sin desmayarme -respondió Nicolle con una sonrisa irónica, consciente de que el camino no sería fácil.
Al día siguiente, Nicolle tuvo una reunión con los médicos y el cuerpo técnico. Querían discutir su progreso y cuándo podrían empezar a integrarla poco a poco en los entrenamientos en el campo. Aunque aún no había una fecha fija, todos estaban de acuerdo en que estaba en la dirección correcta. El objetivo era que pudiera estar lista para las últimas semanas de la temporada y, si todo iba bien, jugar algunos minutos en los partidos importantes.
A pesar de que aún no podía entrenar con el equipo completo, le permitieron asistir a algunas sesiones tácticas con el grupo para que no perdiera el contacto con las estrategias del equipo. Esto era un avance significativo, y Nicolle estaba emocionada de poder estar nuevamente junto a sus compañeros de forma más cercana, aunque fuera en un rol más limitado.
Cuando llegó el día de asistir a la primera charla táctica, Nicolle se sentía algo nerviosa. Aunque no estaba jugando, el simple hecho de estar con el grupo de nuevo era algo que había esperado durante mucho tiempo. Al entrar en la sala de conferencias, fue recibida con aplausos y vítores por parte de sus compañeros.
-¡Mira quién ha vuelto! -gritó Ferran, siempre bromista.
-Sabíamos que no podrías estar mucho tiempo lejos de nosotros -añadió Ter Stegen con una sonrisa.
Nicolle se sentó junto a Gavi y Pedri, sintiendo una calidez que hacía tiempo no experimentaba. Estar en esa sala, aunque solo fuera para escuchar y aprender, la hacía sentir que su regreso estaba más cerca que nunca. Durante la charla, participó activamente, tomando notas y compartiendo ideas con el entrenador y sus compañeros. Al finalizar la sesión, el entrenador se acercó y le dio una palmada en el hombro.
-Vas bien, Nicolle. Sigue así, y pronto estarás de nuevo en el campo con todos.
Los días pasaron, y Nicolle continuaba con su rutina de recuperación. Aunque aún no podía entrenar con la misma intensidad que el resto del equipo, cada pequeño progreso la llenaba de motivación. El apoyo de sus compañeros y su familia era incondicional, y eso la ayudaba a mantener la fuerza y el enfoque en su objetivo.
Sabía que su regreso no sería fácil ni inmediato, pero cada día que pasaba la acercaba un poco más a su sueño de volver a competir al máximo nivel. Y con cada paso, Nicolle demostraba una vez más la determinación y la pasión que la habían llevado hasta donde estaba.
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"Silencio en la cancha" (Pablo Gavi)
AléatoireNicolle, una joven futbolista de 16 años, es una estrella en ascenso en el FC Barcelona, pero tras su éxito en el campo se esconde un oscuro secreto. Criada en un orfanato desde pequeña, Nicolle ha sido víctima de abuso físico y emocional por parte...