Capítulo 49: El Partido Contra Japón

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El día del partido contra Japón había llegado. El estadio estaba lleno a rebosar, los aficionados no paraban de gritar y aplaudir, creando una atmósfera de pura euforia. Las banderas de España ondeaban en todas partes, y los cánticos de ánimo resonaban en cada rincón. El equipo estaba concentrado, con el objetivo claro de ganar y asegurar su pase a la siguiente fase.

El partido comenzó con una intensidad palpable. Nicolle, a pesar de los nervios, se mostró concentrada y lista para dar lo mejor de sí. Apenas habían pasado once minutos cuando Morata aprovechó una jugada perfecta y marcó el primer gol para España. El estadio estalló en gritos y aplausos. El equipo entero celebró, y Nicolle, como siempre, corrió hacia sus compañeros, llenándose de energía por el apoyo de los aficionados.

La primera parte del partido fue controlada por España. El equipo mantenía la posesión, y todo parecía estar bajo control. Sin embargo, al volver del descanso, las cosas empezaron a cambiar. Japón, sabiendo que necesitaban ganar, salió con una agresividad renovada. En el minuto 48, consiguieron empatar el marcador con un gol rápido que pilló desprevenidos a los defensas. A pesar de que ese gol molestó al equipo, sabían que todavía tenían tiempo para retomar el control.

Pero la verdadera polémica llegó poco después. En el minuto 51, Japón marcó un segundo gol que hizo que todo el estadio contuviera la respiración. Desde la perspectiva de todos, el balón había salido claramente del campo antes de ser rematado, un detalle que generó confusión. Nicolle, desde su posición, vio claramente cómo el balón cruzaba la línea de fondo. Sin embargo, cuando el árbitro revisó la jugada en el VAR, increíblemente, dieron el gol como válido. Fue un golpe brutal para el equipo.

Nicolle no pudo contener su frustración. Se levantó rápidamente, con los puños apretados y una mirada de furia en sus ojos. Durante unos segundos, pensó en lanzarse hacia el árbitro o incluso contra los jugadores de Japón. El malestar en su pecho era incontrolable, pero Pedri y Gavi se apresuraron a detenerla, conscientes de que una reacción así podría costarle una tarjeta o incluso una expulsión. El equipo compartía su frustración. Ese gol no debió contar, y la injusticia se palpaba en el ambiente.

-¡Es un robo! -gritaba Nicolle, apretando los dientes, mientras Gavi la calmaba, intentando que no perdiera la compostura.

El equipo español siguió jugando, pero el gol de Japón había desmoronado su concentración. A pesar de algunos intentos de remontar, el marcador no cambió. El pitido final sonó con el marcador en 2-1 a favor de Japón. Aunque España había clasificado para la siguiente fase, el sabor amargo de la injusticia empañaba la celebración.

Cuando el partido terminó, el equipo se dirigió al vestuario, donde la frustración era evidente. Luis Enrique intentó animarlos, recordándoles que, aunque ese segundo gol no debió contar, estaban clasificados y todavía tenían mucho por lo que luchar.

Nicolle, aunque cabizbaja, sabía que debía dejar la frustración atrás y enfocarse en los siguientes retos. Sin embargo, no pudo evitar sentir que les habían arrebatado algo en ese partido. Sus compañeros, sintiendo lo mismo, le dedicaron palabras de ánimo.

-Hemos pasado a la siguiente fase -dijo Pedri, poniendo una mano en su hombro-. Eso es lo que importa. No dejes que este partido te arruine lo que viene.

Esa noche, mientras el equipo cenaba, las bromas y risas intentaron levantar los ánimos, pero el incidente seguía rondando sus cabezas. Nicolle, más tranquila, reflexionó sobre el partido. Sabía que en el fútbol, a veces las decisiones eran injustas, pero también sabía que el torneo no había terminado y que España tenía muchas oportunidades por delante.

A pesar de la frustración, había una sensación general de optimismo. España seguía en el torneo, y el equipo estaba más unido que nunca.

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"Silencio en la cancha" (Pablo Gavi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora