El primer partido de España en el Mundial, contra Costa Rica, estaba a punto de comenzar. Nicolle sentía los nervios a flor de piel. Era su debut en una Copa del Mundo, el evento más importante del fútbol, y no solo eso, estaba haciendo historia. Era la primera mujer en jugar en la selección masculina de España, y la más joven en hacerlo. Las expectativas sobre ella eran enormes, pero Nicolle intentaba concentrarse en lo que mejor sabía hacer: jugar al fútbol.
Mientras calentaba en el césped, echó una mirada rápida hacia las gradas. Ahí, entre los miles de aficionados que llenaban el estadio, estaba su familia adoptiva. Pedri y ella llevaban meses siendo hermanos, y el vínculo entre ambos era más fuerte que nunca. Sus padres y su hermano Fer estaban también allí, animándola, luciendo con orgullo las camisetas de la selección con los nombres de Pedri y Nicolle estampados en la espalda.
El estadio se llenaba poco a poco. La atmósfera era vibrante, y las emociones comenzaban a desbordarse. Nicolle sentía un hormigueo en el estómago, pero al mismo tiempo, un fuego en su pecho. Estaba lista.
Cuando el árbitro dio el pitido inicial, los nervios iniciales se desvanecieron al ritmo del juego. España controlaba el balón desde los primeros minutos, y pronto, la primera oportunidad de gol llegó. Aunque no lo consiguieron, la presión sobre Costa Rica seguía aumentando.
En el minuto 11, Dani Olmo rompió el empate con un gol magistral. El estadio estalló en vítores, y el equipo celebraba el primer paso hacia la victoria. Nicolle, aunque aún no había tenido una oportunidad clara, estaba completamente inmersa en el juego.
Solo diez minutos después, Marco Asensio amplió la ventaja para España con un potente disparo, colocando el 2-0 en el marcador. La confianza del equipo aumentaba con cada pase, con cada jugada. En el minuto 31, Ferran Torres anotó el tercer gol, consolidando una primera mitad perfecta para España.
Cuando el árbitro señaló el final del primer tiempo, el equipo se dirigió al vestuario lleno de emoción y euforia. Las risas y los gritos de alegría resonaban entre las paredes. Nicolle, aunque mantenía su compostura, no podía evitar sentir una mezcla de orgullo y nervios. Sabía que su momento se acercaba.
La segunda mitad comenzó, y España seguía dominando el partido. En el minuto 54, Nicolle recibió un pase en profundidad, superó a un defensor y, con una frialdad asombrosa para alguien tan joven, envió el balón al fondo de la red. ¡Gol de Nicolle! El estadio se vino abajo, y el equipo corrió a abrazarla. Era un momento histórico.
Sin embargo, a los pocos minutos, en el minuto 64, Luis Enrique decidió que era hora de que Nicolle descansara. Sabía que había dado todo en el campo, y no quería arriesgar su salud. Exhausta pero feliz, Nicolle fue al banquillo, recibiendo aplausos de sus compañeros y el cuerpo técnico.
El partido continuó, y en el minuto 74, Gavi marcó un gol espectacular. Al celebrarlo, miró a las gradas, dedicándole el gol a su familia, pero también hizo un gesto especial, dibujando una "N" en el aire, dedicando el gol a Nicolle. El gesto no pasó desapercibido, y todos en el banquillo sonrieron, sabiendo lo que significaba.
El marcador seguía aumentando a favor de España. En el minuto 80, Carlos Soler sumó otro gol, y ya en el tiempo añadido, Álvaro Morata cerró la cuenta con el séptimo gol, dejando el marcador final en un contundente 7-0.
El vestuario, tras el pitido final, era una explosión de alegría. El equipo estaba eufórico, celebrando una victoria dominante en su debut mundialista. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando el rey Felipe VI, acompañado por la princesa Leonor y la infanta Sofía, bajaron al vestuario para felicitar personalmente a los jugadores. El rey dedicó unas palabras de aliento, mientras que la princesa y la infanta se acercaron a Nicolle, quienes admiraban su historia y su determinación.
-Has hecho historia hoy -dijo la princesa Leonor, sonriendo-. Estamos muy orgullosas de ti.
-Gracias -respondió Nicolle, aún asimilando la emoción del momento.
Después de las palabras del rey, Leonor y Sofía se tomaron una foto con Nicolle, quien, en un gesto de gratitud, les regaló su camiseta del partido. Era un recuerdo especial para ambas, y un gesto que las dejó emocionadas.
Cuando la familia real se fue, el vestuario volvió a estallar en risas y bromas. Las miradas se dirigían a Gavi y Nicolle, ya que el gesto que Gavi había hecho durante su celebración no había pasado desapercibido para nadie.
-¿Y cuándo te vas a animar a pedirle salir? -gritó uno de los jugadores entre risas, lo que provocó una ola de carcajadas.
Pero lo que ocurrió después dejó a todos boquiabiertos. Gavi, sin dudarlo, se acercó a Nicolle y, delante de todo el equipo, la besó. El vestuario quedó en silencio por unos segundos, hasta que de pronto estallaron en gritos de sorpresa y emoción. Nicolle, sorprendida pero feliz, correspondió el beso, y el vestuario entero comenzó a vitorear.
El ambiente de alegría no decayó hasta que todos decidieron que era hora de ducharse y descansar. Ya en el hotel, Nicolle iba a ir a dormir con Pedri, como solía hacer, pero mientras caminaba por el pasillo, un brazo la agarró suavemente y la metió en una habitación.
-Vamos, hoy duermes conmigo -dijo Gavi en voz baja, sonriendo.
Nicolle, entre risas y algo de nervios, aceptó sin problemas. Los dos se sentaron en la cama, y comenzaron a hablar largo y tendido. Era la primera vez que realmente se abrían el uno al otro sobre sus sentimientos.
-Sabes que siempre he estado ahí para ti, Nicolle -dijo Gavi, mirándola a los ojos-. Y siempre lo estaré. Quiero que sepas que... te quiero.
Nicolle lo miró, con una sonrisa tímida pero sincera.
-Yo también te quiero, Gavi. Desde el primer momento, lo supe.
Los dos siguieron hablando durante un buen rato, compartiendo recuerdos, sueños y risas. Gavi, en un momento de la conversación, hizo una pregunta que llevaba tiempo queriendo hacer.
-¿Serías mi novia?
Nicolle no dudó ni un segundo.
-Sí -respondió con una sonrisa radiante.
Después de eso, se quedaron abrazados, y poco a poco, el cansancio los fue venciendo. Esa noche, durmieron juntos, compartiendo no solo una cama, sino también un nuevo comienzo en su relación.
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"Silencio en la cancha" (Pablo Gavi)
RandomNicolle, una joven futbolista de 16 años, es una estrella en ascenso en el FC Barcelona, pero tras su éxito en el campo se esconde un oscuro secreto. Criada en un orfanato desde pequeña, Nicolle ha sido víctima de abuso físico y emocional por parte...