Capítulo 45: Un Día Diferente

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El equipo de España disfrutaba de un desayuno tranquilo en el hotel de concentración después de su arrolladora victoria contra Costa Rica. El ambiente era relajado, aunque el cansancio del partido aún se notaba en algunos rostros. Sin embargo, la calma se rompió cuando Gavi y Nicolle aparecieron juntos en el comedor, irradiando una complicidad nueva, algo diferente a lo habitual. Las miradas de los jugadores no tardaron en posarse sobre ellos, y las sonrisas maliciosas comenzaron a aparecer por todos lados.

-Bueno, bueno, bueno... ¿qué tenemos aquí? -dijo Ferran, levantando una ceja y con una sonrisa pícara en su rostro.

Pedri, que también estaba en la mesa, miró a su hermana adoptiva y a su mejor amigo, sabiendo perfectamente lo que estaba ocurriendo. No necesitaba preguntar nada, pero decidió no decir nada por el momento, dejando que el equipo se divirtiera un poco con la situación.

Nicolle y Gavi intentaron mantener la calma, pero era evidente que algo había cambiado entre ellos. Las miradas cómplices, las sonrisas tímidas y los pequeños gestos de cariño no pasaron desapercibidos para nadie.

-Venga, suéltalo ya, Gavi. ¿Qué pasa entre tú y Nicolle? -preguntó Koke, fingiendo seriedad, pero con una sonrisa juguetona.

-Nada, nada -respondió Gavi, tratando de evitar la conversación mientras Nicolle se escondía ligeramente detrás de su taza de café.

-¡Sí, claro! Nada de nada -dijo Jordi Alba, riéndose-. Anda, confiesa, que todos lo sabemos ya.

Las burlas y bromas comenzaron a inundar el desayuno. Los jugadores sabían perfectamente lo que estaba ocurriendo entre ellos, pero eso no les impedía divertirse a costa de la nueva pareja. Gavi intentaba mantenerse tranquilo, pero cada vez que alguien decía algo, Nicolle se sonrojaba más, y eso solo hacía que las bromas aumentaran.

-Bueno, al menos ahora sabemos por qué Gavi anda con esa cara de felicidad todo el tiempo -comentó Sergio Busquets, causando una risa general.

Después de unos minutos de bromas y risas, la conversación volvió a temas más tranquilos, y el equipo terminó de desayunar. Poco a poco, comenzaron a prepararse para el entrenamiento de recuperación. Luis Enrique había decidido que, tras el partido, el equipo necesitaba una sesión más ligera pero que permitiera al cuerpo recuperarse.

El entrenamiento fue largo pero suave. Los jugadores realizaron ejercicios de estiramiento, algo de cardio y algunos ejercicios con balón, pero todo en un ambiente relajado. Era el momento de recargar energías después del esfuerzo y prepararse mentalmente para los próximos partidos del Mundial. Nicolle, que había dado un gran rendimiento en el partido anterior, también aprovechaba para relajarse un poco.

Cuando el entrenamiento terminó, todos se dirigieron al vestuario y luego al comedor para la comida. Pero antes de que Nicolle pudiera sentarse a la mesa con los chicos, fue interceptada por las parejas y familiares de los jugadores, que ya habían planeado algo especial para ese día.

-Hoy te secuestramos, Nicolle -dijo Sara, la pareja de uno de los jugadores, guiñándole un ojo-. Hoy es un plan solo de chicas.

Nicolle se mostró un poco sorprendida al principio, pero al ver las sonrisas de las mujeres del equipo, aceptó encantada. El plan sonaba perfecto: una tarde de relajación y diversión que incluía un paso por el spa, chismes, mimos, y una buena sesión de compras por la ciudad. Después de días intensos de entrenamientos y partidos, no podía venirle mejor.

Las chicas se dirigieron al spa, y en cuanto llegaron, se relajaron con masajes, jacuzzi y todo tipo de tratamientos. La atmósfera era completamente distinta a la del entorno de la concentración, y Nicolle se sentía agradecida por poder compartir un rato solo entre mujeres, lejos de las tensiones del fútbol y las bromas de los chicos.

Mientras tanto, en el hotel, los jugadores se quedaron sin nada emocionante que hacer. Algunos decidieron pasar el rato en la piscina, pero después de unas horas bajo el sol de Qatar, más de uno terminó con la piel roja por haberse quemado. Otros jugadores se refugiaron en la sala de juegos del hotel, donde pasaron el tiempo jugando al ping-pong, a las cartas o a la consola. Aunque la tarde fue tranquila, para los chicos fue algo más aburrida, ya que habían sido excluidos del "plan de chicas".

De vuelta con las mujeres, después del spa, se sentaron a tomar una merienda ligera en una terraza con vistas impresionantes de la ciudad. Nicolle, entre risas y anécdotas, compartía algunas historias del equipo y las bromas que siempre le gastaban. El ambiente era relajado y amistoso, y Nicolle disfrutaba de poder tener conversaciones más tranquilas y despreocupadas, algo que a menudo se perdía en la rutina diaria con los chicos.

Tras la merienda, las chicas aprovecharon para ir de compras y recorrer algunas de las zonas más lujosas de la ciudad. Entre tiendas de ropa y accesorios, se relajaron charlando y bromeando, hablando sobre todo tipo de temas, desde moda hasta fútbol, pasando por los romances que empezaban a nacer dentro del equipo, sin dejar de lado a Gavi y Nicolle, que se llevaban la mayor parte de las risas y comentarios.

Cuando el día de chicas llegó a su fin, ya era hora de regresar al hotel. Nicolle se sentía renovada y descansada, pero en cuanto puso un pie dentro del hotel, fue rápidamente interceptada por Gavi y los demás jugadores, que estaban ansiosos por saber qué había hecho durante toda la tarde.

-Venga, cuenta, ¿qué habéis hecho? -preguntó Ansu Fati, claramente intrigado.

-Seguro que os lo habéis pasado mejor que nosotros -añadió Eric García, con una sonrisa.

-Nosotros aquí, jugando al ping-pong y quemándonos en la piscina, mientras vosotras os lo pasabais de lujo en el spa... -se quejó Rodri, de broma.

Nicolle, entre risas, empezó a contarles todo lo que habían hecho: el spa, la merienda, las compras... Los chicos la escuchaban atentos, aunque también con algo de envidia por haber quedado fuera del plan.

-Bueno, ya sabéis, para la próxima, solo chicas -dijo Nicolle, sonriendo y guiñando un ojo, mientras Gavi la rodeaba con su brazo.

-Y yo que pensaba que te habíamos perdido para siempre -bromeó Pedri, fingiendo un suspiro de alivio.

-No te preocupes, Pedri, siempre volveré -respondió Nicolle, riendo.

Después de un día diferente para todos, tanto chicas como chicos, finalmente se reunieron para cenar todos juntos en el hotel. Las bromas y risas siguieron, pero esta vez, con todo el equipo unido y disfrutando de su tiempo de descanso antes de volver a la rutina del Mundial.

El vínculo entre Nicolle y Gavi seguía creciendo, y aunque todo el equipo ya lo sabía, la complicidad entre ellos era cada vez más evidente. Sin duda, ese Mundial no solo marcaría sus carreras como futbolistas, sino también el inicio de una nueva etapa en sus vidas personales.

"Silencio en la cancha" (Pablo Gavi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora