La mañana siguiente, Nicolle despertó en el sofá, acurrucada en una manta que le había traído Fer. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas, y el suave sonido de risas en la cocina le hizo sonreír. Se sentía un poco más recuperada, aunque aún le costaba levantarse de la cama. A su lado, su hermano se había quedado dormido, con una expresión tranquila en su rostro.Al cabo de unos minutos, el aroma del café y el desayuno la llevó a levantarse. Se estiró y se dirigió a la cocina, donde encontró a Pedri y a Gavi preparando un desayuno ligero. Gavi, al verla, sonrió y la saludó con un guiño.
—¡Buenos días, dormilona! —dijo, sirviéndole un vaso de zumo de naranja.
—¿Qué tal? —preguntó Nicolle, tomando el vaso y sintiendo la frescura del jugo en su boca.
—Un poco de caos, como siempre. Fer se está encargando de los pancakes, pero no prometemos que salgan comestibles —bromeó Pedri.
Nicolle se rió y miró hacia la cocina, donde Fer intentaba dar forma a los pancakes, pero parecía más interesado en la harina que en el resultado final.
—¡Vamos, Fer! ¡Tú puedes! —lo animó Nicolle, sintiendo una oleada de alegría.
Mientras Fer se concentraba en la cocina, Gavi se acercó a Nicolle, su expresión se volvió más seria.
—Oye, ¿cómo te sientes hoy? —preguntó, tomando su mano suavemente.
—Un poco mejor, creo. La medicina está ayudando, y ustedes están aquí, así que no puedo quejarme —respondió Nicolle, sonriendo.
Gavi le devolvió la sonrisa, y en ese momento, la conexión entre ellos se hizo palpable. Los dos sabían que estaban en un camino complicado, pero a la vez, sentían una gran alegría por tenerse el uno al otro.
Mientras desayunaban, la conversación fluía entre bromas y risas. Era un momento de tranquilidad que Nicolle valoraba enormemente. Después de las semanas difíciles que había enfrentado, tener a su familia y a Gavi cerca era como un bálsamo para su alma.
—¿Tienes algún plan para hoy? —preguntó Pedri, llenando su plato con un par de pancakes.
—Tal vez descansar un poco más y luego salir a dar un paseo, si me siento con energía. Me encantaría tomar un poco de aire fresco —dijo Nicolle, sintiéndose cada vez más animada.
—¡Eso suena genial! —exclamó Gavi—. Yo puedo acompañarte, y así te aseguras de que no te desanimes en el camino.
—Claro, me encantaría que vinieras. Necesito a alguien que me motive —respondió ella, sintiendo que su corazón se aceleraba un poco ante la idea de pasar tiempo a solas con él.
Después del desayuno, Nicolle se sintió lo suficientemente bien como para cambiarse y prepararse para su paseo. Se puso un abrigo ligero y una bufanda, y mientras se miraba en el espejo, no pudo evitar sonreír al recordar los momentos que había compartido con Gavi. A pesar de las dificultades, su relación se había fortalecido.
Cuando salieron de casa, el aire fresco de Barcelona los envolvió. Gavi tomó la mano de Nicolle, y ella sintió un cosquilleo recorrer su cuerpo. Pasearon por el parque cercano, disfrutando de la belleza del día. Las hojas caídas crujían bajo sus pies, y la atmósfera era perfecta.
—¿Sabes? —dijo Gavi, rompiendo el silencio—. He estado pensando en todo lo que hemos pasado. No puedo evitar sentirme afortunado de tenerte a mi lado.
Nicolle lo miró a los ojos, sintiendo que su corazón se llenaba de emoción.
—Yo también me siento afortunada. A veces, creo que sin ustedes, no habría podido superar todo esto —respondió sinceramente.
—Siempre estaré aquí para ti, Nicolle. Siempre —prometió Gavi, apretando suavemente su mano.
El momento se volvió intenso, y Nicolle no pudo evitar sonrojarse. Se detuvieron en un claro del parque, y mientras observaban a los niños jugar y a las familias disfrutar del día, Nicolle sintió que todo estaba en su lugar.
—Vamos a seguir paseando —sugirió Gavi, rompiendo el hechizo del momento.
Mientras caminaban, compartieron historias, sueños y risas, creando nuevos recuerdos que fortalecerían su relación. A pesar de los retos, sabían que juntos podrían superar cualquier adversidad.
La tarde se deslizó suavemente, y Nicolle se sintió más viva que nunca, sabiendo que estaba en el camino correcto, rodeada de amor y apoyo.
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"Silencio en la cancha" (Pablo Gavi)
RandomNicolle, una joven futbolista de 16 años, es una estrella en ascenso en el FC Barcelona, pero tras su éxito en el campo se esconde un oscuro secreto. Criada en un orfanato desde pequeña, Nicolle ha sido víctima de abuso físico y emocional por parte...