Capítulo 27: Pequeños Progresos y Grandes Expectativas

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Mientras la selección española seguía con sus entrenamientos, Nicolle también comenzaba a hacer progresos en su rehabilitación. Aunque aún no estaba lista para unirse a los entrenamientos completos, había recibido el visto bueno para empezar a tocar el balón nuevamente, algo que la llenaba de esperanza y emoción. Cada pequeño avance significaba mucho para ella, pero todavía había limitaciones.

Las secuelas de la operación en los pulmones seguían presentes. De vez en cuando, Nicolle tenía que utilizar oxígeno para mantener su respiración estable, sobre todo cuando se esforzaba un poco más en los ejercicios físicos. No era algo que la detuviera por completo, pero sabía que tendría que vivir con esa ayuda por algún tiempo, quizás para siempre, dependiendo de su esfuerzo físico.

A pesar de estos desafíos, los chicos de la selección no dejaban de apoyarla. Cada vez que la veían en el campo, sola con su entrenador personal, realizando ejercicios individuales, sentían una mezcla de admiración y respeto. Nicolle se esforzaba al máximo, superando cada pequeño obstáculo con determinación. El balón comenzaba a sentirse de nuevo como una extensión de su cuerpo, aunque su resistencia física aún estaba lejos de lo que había sido antes del accidente.

En uno de los entrenamientos, mientras los jugadores de la selección se preparaban para su último partido amistoso antes de regresar a sus respectivos clubes, Nicolle practicaba tiros a puerta bajo la atenta mirada de un entrenador especializado. Aunque su energía no era la misma de antes, su técnica seguía intacta, y cada vez que lanzaba el balón hacia la portería, todos podían ver que el talento que la había llevado hasta allí no se había desvanecido. Los jugadores se turnaban para acercarse a ella, animándola, dándole consejos, o simplemente charlando entre ejercicio y ejercicio.

"Cuando vuelvas a jugar, vas a ser una jugadora clave para la selección," le dijo Sergio Busquets en una de esas pausas. Nicolle sonrió, aunque sabía que aún quedaban semanas antes de poder entrenar con el equipo.

El cuerpo técnico también estaba al tanto de su progreso, y aunque no querían apresurar su vuelta, había cierta expectativa en torno a su regreso. Todos sabían que, si seguía mejorando a este ritmo, Nicolle podría estar lista para volver a ser convocada con la selección antes del Mundial. Sin embargo, también sabían que no debían exigirle demasiado. El objetivo no era simplemente que volviera a jugar, sino que lo hiciera de manera segura, sin poner en riesgo su salud.

"Vamos a hacer las cosas con calma," le recordaba su fisioterapeuta. "El Mundial está en el horizonte, pero no vamos a apresurarnos."

Nicolle asentía cada vez que escuchaba esas palabras, aunque en el fondo ardía el deseo de volver al campo, de vestir la camiseta roja de "La Roja" y representar a su país en el torneo más importante del mundo. Sabía que, si seguía trabajando duro, ese momento llegaría, pero también comprendía que su cuerpo necesitaba tiempo para sanar por completo.

Mientras tanto, el ambiente en la concentración era de máxima concentración. Los jugadores se preparaban para su último amistoso, un partido importante antes de regresar a sus clubes para reanudar la temporada de liga y las competiciones europeas. Nicolle asistía a todos los entrenamientos, observando desde la banda, aprendiendo de los movimientos, tácticas y estrategias del equipo. Aunque no podía participar plenamente, cada sesión era una lección que ella absorbía con atención.

El día del amistoso llegó, y Nicolle se sentó junto a los suplentes en el banquillo, compartiendo la emoción del equipo. El partido fue una muestra de la calidad de "La Roja", con Pedri, Gavi y los demás brillando en el campo. Cada gol, cada jugada, era un recordatorio de lo que la esperaba una vez que estuviera completamente recuperada.

Tras el partido, el equipo celebró la victoria con moderación, ya que en pocos días debían regresar a sus respectivos clubes. Para Nicolle, era un momento agridulce. Aunque estaba feliz por el progreso del equipo, sabía que ahora tendría que continuar su rehabilitación sin la presencia diaria de sus compañeros de selección.

"Volveremos pronto," le prometió Pedri mientras recogían sus cosas para volver a Barcelona. "Y cuando volvamos, estarás con nosotros en el campo."

Nicolle asintió, su corazón lleno de esperanza y determinación. Todavía quedaban semanas de trabajo por delante, pero sabía que, con el apoyo de su nueva familia y de sus compañeros, el día en que volviera a jugar estaba cada vez más cerca. Mientras tanto, seguiría trabajando duro, superando cada obstáculo, paso a paso, con la mirada puesta en el horizonte y el sueño del Mundial brillando ante ella.

"Silencio en la cancha" (Pablo Gavi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora