"Silencio en la cancha" (Pablo Gavi)

Capítulo 50: Entrenamientos y una Cita Especial

Los entrenamientos para el próximo partido contra Marruecos se intensificaban. El equipo sabía que el rival sería difícil, y el cuerpo técnico no quería que se confiara en la clasificación. Los ejercicios eran exigentes, y Nicolle, aunque acostumbrada a la dureza del fútbol, empezaba a notar el cansancio acumulado. El calor de Qatar no ayudaba, pero así es el deporte de élite, y ella sabía que debía seguir adelante.

A pesar del agotamiento, esa tarde tenía algo especial. Después de varios días dedicados exclusivamente al torneo y al entrenamiento, Nicolle y Gavi finalmente tendrían una cita. No habían tenido mucho tiempo para estar a solas desde que comenzó el Mundial, y ambos estaban emocionados por pasar un rato juntos lejos de la presión del fútbol. Sabían que, una vez que salieran, probablemente serían el centro de atención de los medios, pero eso no les importaba. Su relación ya había sido confirmada de manera muy dulce con la ayuda de sus compañeros, quienes se encargaron de hacer el anuncio de forma divertida y emotiva. El equipo había preparado una pequeña sorpresa días atrás, en la que todos mostraron su apoyo y cariño hacia ellos como pareja, haciendo de ese momento algo inolvidable.

La tarde fue perfecta para Nicolle y Gavi. Decidieron aprovechar el paisaje único de Qatar y pasaron tiempo en las dunas del desierto, disfrutando de la tranquilidad y de la impresionante vista del atardecer. La cálida arena bajo sus pies y el suave viento del desierto creaban un ambiente relajante. Entre risas, juegos y algunas carreras en la arena, Gavi robaba besos cada vez que podía, mientras Nicolle reía, fingiendo enfado, pero siempre devolviéndole el gesto. Después, visitaron una playa cercana, donde caminaron juntos por la orilla, con el sonido del mar acompañando su conversación. No había prisas, no había presión, solo ellos dos disfrutando del momento.

-Me alegra que por fin tengamos un momento para nosotros -dijo Gavi, tomando la mano de Nicolle mientras caminaban por la arena húmeda-. Entre los entrenamientos y los partidos, apenas hemos tenido tiempo para esto.

-Lo sé. Pero ha valido la pena. Aunque sea solo una tarde, ha sido perfecta -respondió ella, apoyándose en su hombro.

Ambos sabían que esas pequeñas pausas en medio del caos del torneo eran necesarias para recargar energías y reconectar. Por un rato, pudieron dejar de lado el fútbol y las responsabilidades, enfocándose únicamente en ellos.

Al caer la noche, regresaron a la concentración, donde todo el equipo también había aprovechado el tiempo libre para desconectar y relajarse. A pesar de haber disfrutado de su cita, sabían que era momento de volver a la realidad del torneo. Los próximos días serían clave para prepararse para el duro enfrentamiento contra Marruecos.

La cena fue tranquila, llena de risas y algunas conversaciones sobre las salidas que cada uno había hecho. Nicolle y Gavi no fueron la excepción, y aunque las miradas curiosas y las bromas por parte de sus compañeros no faltaron, todo transcurrió en un ambiente relajado. Después de cenar, el equipo se dirigió a sus habitaciones para descansar, sabiendo que al día siguiente los entrenamientos serían intensos y que Marruecos no sería un rival fácil.

Para Nicolle y Gavi, la tarde había sido un respiro necesario en medio de la vorágine del torneo. Ahora, con el cuerpo y la mente más relajados, ambos estaban listos para afrontar lo que venía, sabiendo que, aunque el camino fuera difícil, siempre tendrían momentos como ese para desconectar y disfrutar juntos.