Los días de entrenamiento en La Rozas continuaban a buen ritmo, pero el frío invernal ya empezaba a hacerse sentir. El cuerpo técnico y los jugadores lo notaban, pero para Nicolle, las bajas temperaturas eran aún más difíciles de sobrellevar. Con su salud más delicada, especialmente después del accidente que casi le arrebata la vida, los efectos del clima le pasaban factura de una manera diferente a sus compañeros.
Después de varios días aguantando el malestar, Nicolle finalmente se rindió ante los síntomas de una fuerte gripe. Aunque algunos de sus compañeros habían experimentado resfriados leves, para ella la situación fue mucho peor. En cuestión de horas, pasó de sentirse un poco congestionada a tener fiebre alta, tos persistente y un agotamiento que la obligó a guardar cama. El personal médico de la selección intervino rápidamente, y aunque Nicolle se resistía a quedarse quieta, tuvo que aceptar que necesitaría reposo.
La Rebelde Enferma
Desde el momento en que le diagnosticaron una gripe severa, Nicolle dejó claro que no sería una paciente fácil. No era la primera vez que sus compañeros la veían lidiar con su salud de manera testaruda, pero esta vez, con el cansancio y la fiebre jugándole una mala pasada, su rebeldía se amplificó. Cada vez que el médico llegaba con las pastillas o jarabes, era como si el mundo se le cayera encima.
-No voy a tomar eso, sabe horrible -declaraba Nicolle cruzando los brazos y mirando a los médicos con el ceño fruncido.
Pedri intentaba ser el mediador. Sabía que su hermana era obstinada, pero también entendía que necesitaba descansar y tomar su medicación para mejorar. Así que, cada vez que la enfermera o el médico llegaban con la medicación, Pedri se convertía en una mezcla de hermano mayor y negociador.
-Vamos, Nicolle, es solo un momento, y luego te dejo usar la Play, ¿vale? -ofrecía con una sonrisa suave, tratando de que ella cediera.
-Ya lo has dicho mil veces y sigo sin querer tomarlo -respondía ella, con una tos seca que no ocultaba lo mal que se sentía.
El resto de los jugadores, que ya conocían bien la dinámica entre los hermanos, no tardaban en sumarse al espectáculo. Gavi, que era probablemente la persona que más tiempo pasaba con ella, tenía su propio método.
-Si no te tomas la medicina, no te dejaré acurrucarte conmigo en el sofá -dijo en tono serio, aunque todos sabían que era una broma.
Nicolle lo miró con cara de incredulidad, pero después de unos segundos de silencio, cedió. Sabía que, aunque el jarabe fuera terrible, la fiebre y la tos estaban empeorando, y no le quedaba otra opción si quería recuperarse. Gavi, sonriendo, la ayudó a tomar la medicina y luego la dejó usarlo como almohada, tal como había prometido.
Un Equipo Unido por la Salud de Nicolle
Aunque Nicolle estaba oficialmente en reposo, no soportaba la idea de quedarse todo el día en la habitación. Como era de esperarse, trataba de pasar la mayor parte del tiempo rodeada de sus compañeros de selección. Sabía que no podía entrenar, pero al menos estar cerca de los chicos le ayudaba a mantenerse animada. El equipo, por su parte, había asumido el papel de cuidar a la más joven y única mujer del grupo, formando una especie de guardia para asegurarse de que siempre estuviera cómoda.
-No sé cómo aguanta, yo en su lugar estaría tirado en la cama todo el día -comentaba Sergio Busquets, el capitán del equipo, mientras observaba cómo Nicolle intentaba mantenerse activa incluso cuando apenas podía respirar por la congestión.
-Es dura, ha pasado por cosas peores -respondía Pedri, recordando las largas semanas en las que su hermana estuvo en el hospital después del accidente. Aunque había sido adoptada recientemente, Pedri ya sentía un lazo protector hacia ella que era difícil de explicar.
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"Silencio en la cancha" (Pablo Gavi)
AcakNicolle, una joven futbolista de 16 años, es una estrella en ascenso en el FC Barcelona, pero tras su éxito en el campo se esconde un oscuro secreto. Criada en un orfanato desde pequeña, Nicolle ha sido víctima de abuso físico y emocional por parte...