Black Alchemist

116.- Patrulla

Antes de empezar, quiero disculparme por haber tardado tanto. También, comentar que este capítulo incluye un pequeño extra que se supone que precede a la cuarta película: voy a publicar los capítulos que corresponderán a la película, porque voy a aprovecharla para algo del kosei de Shayumi, así que (a menos que no la hayáis visto aún y no queráis spoilers) os recomiendo que los leáis. Dicho esto, ¡empezamos!

Una vez llegamos a "Troya", bajamos de los furgones en que nos transportaban con nuestras mochilas a la espalda y las cajas en mano.

- Gracias a Cementoss, Ectoplasm y PowerLoader pudimos crear estas estructuras fortificadas con gran rapidez - explicó Sniper - No son ni de lejos tan robustas como la UA, pero pueden aguantar una buena paliza. Dejad vuestras cosas en vuestras habitaciones y empezad a prepararos.

- ¡Es igual que los dormitorios del "Heights Alliance" del campus! - observó Hagakure.

- Qué amable por su parte - comentó Kyoka.

- No quisiera que este fuera mi último lugar de descanso, pero... Algo es algo - se lamentó Sero.

- ¡No digas ese tipo de cosas! - le reorendió Sato.

Entramos en la fortaleza y nos dirigimos cada uno a nuestra habitación. Saqué un par de cosas de mi caja y la ropa de mi mochila, colocándolas por ahí como bien pude, y me dirigí a la habitación de Izuku.

- Hey - saludé, dando un par de golpecitos a la puerta, que estaba entreabierta - ¿Puedo pasar?

- Claro, 'Yumi, pasa - respondió.

Entré a la habitación y abracé a Izuku con fuerza.

- ¿Estás bien? - me preguntó, correspondiendo igualmente al abrazo.

- Sí, solo... Déjame estar así un par de minutos, por favor...

- Por supuesto, lo que necesites.

Nos quedamos un par de minutos así, hasta que me separé de él y me senté en el borde de su mesa.

- ¿Cómo estás...? - me preguntó.

- Agitada, agotada, asustada,... Pero bueno, mejor que hace 24 horas, así que no me voy a quejar. ¿Y tú?

- Siento que se me va a caer el mundo encima... - suspiró.

- Es normal que sientas eso, te pones el peso de todo el mundo sobre los hombros. Pero te hemos dicho que no tiene que ser así, que estamos para ayudarte.

- Ya lo sé...

Suspiré profundamente.

- Vete a hablar con ella, Izuku...

- ¿Q-qué? ¿De qué hablas?

- Hablo de que estoy sentada delante de ti, pero cada 5 segundos estás mirando hacia el lado para ver si Uraraka sigue abajo - expliqué - Sé que llevas días queriendo hablar con ella, vete.

- ¿N-no te importa?

- No, mi amor, no me importa.

Se acercó a mí y me besó con suavidad.

- Gracias...

Abrió la puerta del balcón de la habitación, saltó de este y desapareció de mi vista.

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Al día siguiente, mis compañeros y yo seguíamos haciendo patrullas por la ciudad para detener a los delincuentes que aprovechaban la situación de caos para cometer delitos. Para poder cubrir una mayor área, se nos había estado dividiendo en 3 grupos: