86.- Diagnóstico

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- ¿Quieres repasarlo otra vez? - preguntó Inasa, a través de la pantalla del móvil.

Asentí levemente con la cabeza.

- No debes forzarte, ¿Recuerdas? - dijo Izuku detrás de mí, rodeando mi cintura con sus brazos - Si necesitas parar, lo haces.

Volví a asentir, respiré profundamente y empecé de nuevo.

Estábamos en mi habitación, Izuku, Bakugo y yo, e Inasa estaba en videollamada por mi teléfono. Cuando les dije que la doctora quería que le contase sobre las pesadillas y el secuestro, insistieron en ayudarme. Bakugo se aseguraba de que yo no omitiese nada de forma inconsciente, e Izuku e Inasa estaban para tranquilizarme y reconfortarme en caso de necesitarlo.

- Te has dejado cuando Toga nos atacó la primera noche - advirtió Bakugo.

- Mierda, es verdad... - mascullé.

- Y sigues sin contar "lo otro" - añadió - No lo has dicho ni una sola de las veces.

"Cobarde"

"Ni siquiera puedes hablar de ello sin derrumbarte como un castillo de naipes"

"Menuda inútil"

Noté un nudo en la garganta, mi ritmo cardíaco se aceleró.

Duende, estás temblando mucho - dijo Inasa - ¡Chicos, Shayumi está hiperventilando! -

Izuku se inclinó hasta quedar apoyado en la cabecera de la cama, tiró de mi cintura hasta dejar mi espalda apoyada en su pecho, y llevó una mano a mi cabeza para acariciarla.

- Está bien, tranquila. No estás sola, estamos aquí, y vas a estar bien - susurró, a fin de calmarme - Respira conmigo, ¿Vale? Inspira, expira. Inspira, expira. Inspira, expira.

Poco a poco, fui recobrando la compostura y volviendo a respirar con normalidad.

- Ya está bien, paremos de una vez - sentenció Bakugo - Esto no va a ninguna parte.

Bakugo, no digas eso... - dijo Inasa - Shayumi ya no tiembla tanto al contar el secuestro, ni titubea. Está funcionando -

- Mira, entiendo que eres su mejor amigo, y que quieras verla bien. Aunque, no sé si lo recuerdas, pero yo estuve allí - masculló el rubio - Estuve en cada jodido instante de ese secuestro. Así que me la suda lo que opines: si Aizawa quiere seguir, allá ella, pero sigo pensando que lo mejor es que paremos.

- 'Yumi, ¿Quieres parar? - preguntó Izuku suavemente.

Después de un par de segundos, negué levemente con la cabeza. Bakugo suspiró, resignado, y volvimos a empezar.

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Al día siguiente, al acabar las clases, fui a la consulta de la Dra. Ishikawa. Izuku volvió a acompañarme hasta la puerta, y antes de entrar, me puse su sudadera por encima de la camisa de mi uniforme. Nos despedimos y entré en la consulta.

- Buenas tardes - saludé.

- Buenas - respondió con una sonrisa - Bonita sudadera. Aunque es algo "rara"...

- Lo dices porque pone "Sudadera", ¿verdad? - reí levemente - Es de mi novio, tiene un sentido de la moda algo "extraño", pone "Camiseta" en casi todas sus camisetas.

- Ya veo - rió - ¿Has traído el test completo?

Asentí con la cabeza y se lo tendí. Miró las respuestas durante un par de minutos mientras yo me sentaba en el sofá, y después dirigió su vista a mí.

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