33.- Salida al centro comercial

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Por la mañana volví a entrenar con Shinso. Llevábamos poco tiempo, pero empezaba a mostrar cierta mejora en cuanto a resistencia y fuerza, aunque no mucha. La velocidad... Bueno, eso ya era otra cosa.

Ya por la tarde, me preparé para ir al centro comercial. Me vestí con una camisa blanca, una falda vaquera azul y unas zapatillas blancas.
Cogí una mochila para poder meter lo que comprase, dinero, las llaves y el móvil. Salí de casa, y llegué en tren hasta la estación que había frente al centro comercial. Una vez en la puerta, saludé a todos, que ya habían llegado.

- Veo que, como prácticamente siempre, soy la última - dije, con una sonrisa torcida.

- Eso parece - rió Izuku - Venga, te estábamos esperando.

- ¡El centro comercial Kiyashi Ward! - anunció Hagakure cuando entramos - Este sitio tiene más tiendas que cualquier otro lugar de la prefectura. ¡Tiene las cosas más actuales y populares!

- ¿¡Eh, esos no son los de primero de la UA!? - gritaron unos jóvenes al vernos - ¡Buen trabajo en el Festival Deportivo!

- Woah... ¿La gente aún se acuerda de eso? - preguntó Uraraka, algo intimidada.

Dado que cada uno quería cosas distintas, decidimos separarnos para comprarlas y reunirnos más tarde en un sitio acordado. En apenas unos segundos todos se marcharon, dejándonos a Izuku, Uraraka y a mí solas.

- Se han ido corriendo... - comentó Izuku - ¿Qué hay de ti, Uraraka? Yo estoy buscando un par de pesas más pesadas para las muñecas...

- Yo necesito spray para bichos... - se quedó helada un segundo, mirando a Izuku - Bichos... ¡Spray para bichos!

Dicho eso salió corriendo, con una mano cubriéndose el rostro y sacudiendo la otra violentamente.

- ¿¡Soy el bicho!? - preguntó Izuku, alarmado - ¿Qué le pasa?

- No sé, el otro día también estaba rara... - contesté - Bueno, yo también necesito pesas nuevas, así que voy contigo.

- Genial - dijo con una sonrisa.

Empezamos a caminar tranquilamente, cuando sentimos algo rodeándonos el cuello a cada uno.

- Quizás sea simple casualidad, o puede que sea el destino... - susurró esa voz ronca que me heló la sangre al instante - Bueno, supongo que para vosotros... Nos vimos por última vez en el ataque a la UA. Así que, tomemos un té y charlemos, Izuku Midoriya y Shayumi Okamoto.

Miré a Izuku a los ojos, ambos pálidos y aterrados. Tomura Shigaraki. Sus manos nos rodeaban el cuello, excepto por un dedo que mantenía alzado para no desintegrarnos. No todavía.

- Os voy a explicar cómo va a ir esto... Vais a fingir que soy un viejo amigo. No montéis una escena, calmaos y actuad con normalidad. Solo quiero hablar, eso es todo. Así que no intentéis nada "divertido" - avisó - Sería muy sencillo. En cuanto mis diez dedos se posasen en vuestros cuellos... Empezaríais a desintegraros desde la piel hacia dentro... Os convertiría en polvo en menos de un minuto.

- ¿Con t-toda esta multitud...? - tartamudeó Izuku, notablemente nervioso - Inténtalo... Y aparecerán los héroes... ¡Vendrán y te capturarán...!

- No lo dudo - contestó - Pero miradles. A ellos - señaló a la gente - No es de locos pensar que alguien pudiera causar una atrocidad en cualquier momento. Entonces, ¿por qué sonríen y corretean así? Por que las leyes y las reglas fueron construidas en su moral individual... Tienen por supuesto que "nadie haría algo así". En el tiempo que los héroes tarden en atraparme, yo podría deshacerme de 20... No, 30 de ellos.

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