Tu tierra y tu cielo

NECESITO

-¿Cómo estamos para arrancar?

-Perfecto –le correspondí a Sebas mientras veía cómo los técnicos controlaban los preparativos y que todo estuviese listo antes de ir hacia el Puerto. Era temprano todavía pero no estaba mi compañera cantora. Qué raro.

Seguramente había mucho tránsito, pensé pasándome una mano sobre mi frente para quitar una gota de sudor. Hacía un calor terrible. Con este sol estoy convencido que habrá buenas tomas de luz, como tanto le gustan a nuestro director de exteriores.

-Mariano, ¿sabes algo de Lali?

-No. –dije. -¿No te avisó nada?

-No. Por eso. Tendría que estar acá ya. La llamé hace media hora y me pasa automáticamente a la casilla de mensajes. Necesito que me hagas un favor.

-Decime.

Me estaba comenzando a preocupar. Hice lo que Sebas me pidió y seguí insistiendo con mi celular.

Dale, Lala. Atendé.

Una vez. Dos veces.

-Hola. Lala. ¿Estás bien? ¿Dónde estás?

-Cruzando los pasillos de Polka. Enseguida te busco. –Estaba nerviosa.- Ahí voy.

No iba a esperar a que viniera así que de paso avisé a Sebas y fui a buscarla.

Ahí estaba. Sentada tomando un vaso de agua helada con la mirada fija en un bolso que parecía un poco más grande que ella.

-Hey...

Me regaló una mirada sin dejar de beber.

-Hace calor. No? –intenté decir para salir de esa incomodidad. Sólo asintió.

-Pensé que no llegaba. Por eso tenía apagado el celular. Anoche... anoche –se quebró su voz –me desvelé un poco y hoy no escuché la alarma. Sumado al tráfico terrible...

Hizo una mueca de sonrisa. No le creía. No llegaba la alegría a sus ojos.

-Eso no es lo que importa. Sebas estaba preocupado. Yo también lo estuve... Te llamó y no atendías. Por eso después insistí. ¿Está todo bien? Lala, podés contar conmigo. Confiar en mí.

-Sólo fue una noche complicada. Es eso, nada más. Pero gracias, Marian.

-Cuando quieras charlar, compa.

-¿Sabes qué quiero? Que Sebas no nos mate, así que vamos yendo. ¡Hoy se graba "Necesito"!

Quería regalarle un abrazo. Algo. Una señal para que se diera cuenta que no estaba mintiendo. Sinceramente, me había encariñado con ella y me preocupaba que algo le pasara. Supongo que si pasara algo similar con algún otro compañero de trabajo, haría lo mismo. Pero a ella la veo tan chiquita que me genera esa necesidad de cuidarla. Y eso me propuse a hacer.

-Lali, ¿desayunaste hoy?

-Sí. A las apuradas pero sí. Che, estás cuida hoy. –dijo burlona. Comenzaba a aparecer esa alegría escondida. –Gracias.

-Me quedo más tranquilo, entonces. Para eso estamos. Somos compañeros y sé que vos también lo harías por mí. Creo. –la miré dudoso a lo que ella respondió con un golpe suave contra mi brazo. La vi irse a cambiar. Yo ya estaba listo pero a decir verdad, por el calor impresionante que estaba haciendo todavía no me había puesto la camisa que le correspondía al Padre Tomás. Me quedé bajo una sombra hasta que sólo pude detenerme a verla a ella.

Si el verdadero Tomás existiese, creo que no podría hacerle justicia a su vocación ante semejante belleza humana.

Llevaba un vestido rojo que dibujaba a la perfección la figura de Lali. Labios rojos y cabello suelto. Divina. Hasta que vi algo particular que me causó ternura. La noté más baja de estatura que de costumbre. Llevaba pantuflas blancas, con plataformas por supuesto. Y las sandalias colgando en una de sus manos. Esta chica era la humildad en persona.

POV LALI

La tristeza que guardaba se había disipado. Me sorprendía tanto la preocupación de Mariano. Es una persona tan amable y, sobre todo, cuida. Supongo que es por su instinto paternal. Me convenció de que tenía que reponer fuerzas y estar enfocada en esto. Tenía razón.

Una vez arreglada, agradecí que tuviese que usar un vestido. Amaba el color sangre y hacía un lindo contraste frente al puerto y al traje negro que vi que usaría mi compañero. Justo cuando iba a buscarlo porque vi que se olvidó el alzacuello sobre una de las mesas, lo encontré sentado bajo una sombra con la camisa prolijamente ubicada en el respaldo de la silla y él con el torso al descubierto. No pude evitar observar sus músculos tonificados. Sus brazos se veían tan fuertes.

Lali, ¿qué estás diciendo?

-¿Y el personaje de sacerdote?

Clavó sus ojos verdes en mí entrecerrándolos porque le daba el sol. No sabía qué era peor: si concentrarme en su mirada o no perder el juicio sabiendo que no llevaba puesta su camisa.

-Tampoco veo a la novicia por acá. - rió Mariano. – se me acaba de ocurrir una idea.

-¿Una foto? –por la expresión de su cara, había adivinado.

-¿Cómo sabías?

-"Para eternizar el momento" –hice una débil imitación de su voz repitiendo lo que él había dicho antes de tomarnos nuestra primera foto.

-Dale, vení y la publicamos en Twitter así sorprendemos a la gente.

-Claro, porque es normal que una novicia esté vestida de rojo pasión con la boca que parece que tiene un cartel que dice "besame" y el curita está más bueno que dormir todo el día. –solté sin pensarlo divertida.

La grabación nos tomó todo el día. El viento estaba de nuestro lado y ayudaba un poco con el clima tan caluroso.

Dije algunas palabras para el Back que luego editarían y yo hice gala de mis pantuflas con plataformas.

Para terminar el día, me acosté para ordenar algunas fechas donde recorrería unas provincias del interior de Argentina. No quería dejar pasar nada por alto. Aproveché que Benjamín y yo habíamos decidido dejar la cena para unos días más adelante. Se lo agradecí porque no deseaba volver a discutir con él.

Me estaba quedando dormida cuando me llegó una notificación a mi celular.

"¿Viste que somos una bomba juntos? Explotó todo con la foto. Disfruté mucho este día con vos, compa. Hasta mañana."

Una sonrisa apareció en mi rostro a lo que no pude evitar contestarle con rapidez:

"¡Una BOMBA! Gracias. Gracias a vos, Marian."

Hola!! Acá les dejo un nuevo capítulo! Gracias por leerme! Sean libres de comentar :D 

                                                                                                                        Mili   @ lunitadetucumm1