Cómo haremos

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POV LALI

Todo resultó ser un éxito. Y era hora de festejarlo.

Agradecía que Benja esté haciendo el esfuerzo para que las cosas sean como antes. Fue él quien me llevó y acompañó en esta fiesta. Pensaba que si veía como era el ambiente que teníamos en el elenco podría quedarse tranquilo y entender por qué estábamos tan unidos entre todos. Como una familia.

-Estás tan hermosa –dijo tomando mi mano antes de que bajemos al restaurante donde nos encontraríamos para cenar todos. –El rojo te queda tan lindo.

-¿Por qué pensas que tengo suerte? El rojo lo uso sólo para ocasiones especiales, Benja. Siempre te lo digo.

-Igual, yo me refería a esa boca tan provocativa que tenes y que me muero por besar...

Cuando lo vi venir, reí ante la cara que puso cuando lo frené apoyando una de mis manos sobre sus labios. En este momento no.

-¿Qu- qué pasa, mi amor?

-Vos mismo lo dijiste. Me llegas a dar un beso y terminamos con la cara colorada, mi amor. Cuando estemos en casa. Y no quiero que nos saquen fotos. Sabes que después andan diciendo cada cosa en los medios.

-Te la dejo pasar porque estoy en deuda... pero ya me voy a vengar –me sonrió.

Caminé con cuidado de no matarme con semejantes zapatos que elegí. También rojos. Me tomé mi tiempo porque el pequeño camino estaba lleno de piedras y no pensaba hacer algún papelón.

Benja estaba estacionando el auto así que aproveché para ir al baño. No tenía idea de dónde podría estar pero como todos los baños siempre tienen la misma dirección, busqué el famoso "al fondo y a la derecha".

Mientras buscaba algún cartel que me indicara que estaba en lo correcto me tropecé cuando vi a Mariano mirándome frente a mí.

En un segundo estuvo a mi lado, sosteniéndome para que no me cayera. Tan caballero.

-¿Estás bien? –preguntó sin dejar de mirarme.

- El salvador –musité.

-¿Qué?

-Como el capítulo que grabamos hace unos días. ¿Te acordás? Parece que siempre estás en el momento justo para salvarme.

-Fue simple casualidad, Lala. ¿Segura que estás bien?

Asentí pero sus manos seguían apresándome dándome seguridad. Lo agradecía porque dentro mío algo me indicaba que mis piernas temblaban.

-Mi amor. –escuché decir a Benja. -¿Qué te pasó?

Mariano se separó de mí apenas lo escuchó pero su mirada seguía sosteniendo la mía.

-Casi me caí –le conté. –Mariano, Benja. Mi... novio.

-Mucho gusto –saludó educadamente pero algo me decía que sus ojos estaban tristes. Decepcionados. – Te felicito por tener una novia tan hermosa.

Abrí mis ojos sorprendida. Tanto por el comentario de Mariano como por la tranquilidad de Benjamín.

-La verdad que tengo mucha suerte –respondió.- Así que confío en que me la vas cuidar bien. Digo, como últimamente van a pasar mucho tiempo juntos. Mejor me hago a la idea. No soy un tipo celoso.

-Desde ya. ¿Les parece si cenamos todos juntos? Eso fue lo que me acabó de avisar Tomás cuando me lo crucé en la mesa. –sonrió Marian con inocencia.

-Anda acomodándote, mi amor. Yo me iba al baño antes de tropezarme.

Dije depositando un beso corto en la mejilla de Benja, ignorando la mirada triste de Marian y la punzada que sintió mi corazón al hacer eso.

Tu tierra y tu cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora