Gira esperanzada

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Hola!!! Extraño los shows del musical...

Espero les guste el capítulo!

Gracias por leer!!!

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POV LALI

Terminé de armar mi valija que me ganaba en altura por unos centímetros de tantas cosas que estaba llevando, entre maquillaje y algunos detalles por si ocurren imprevistos.

Me inundaba una sensación extraña que no podía quitarme del pecho. La angustia me estaba oprimiendo el corazón sabiendo que la persona que amo no compartiría asiento a mi lado en el micro que nos llevaría a Rosario.

Rosario...

Si las cosas hubiesen ocurrido de otra manera.

Lancé un suspiro mirando sin ver nada en dirección a la ventanilla de mi asiento. Mariano estaba en el Sanatorio sin despegarse de ese gordito rubio que me robó el corazón. No podía ir a verlo. No sabía cómo ayudarlo, no me conformaba con tener que enviarle mensajes o visitarlo unos segundos en su departamento. Jamás lo había visto tan destrozado y ni siquiera pude imaginarme qué haría yo en su lugar si fuese mamá. Sacudí mi cabeza hacia ambos lados intentando en vano quitarme esos pensamientos.

Una débil música en mi celular hizo que corriera a buscar en mi cartera hasta que me encontré con un mensaje.

"Buen viaje, amor mío.

Avisame cuando llegues.

Te extraño tanto."

No pude evitar que una pequeña lágrima descendiera por mi mejilla. Apoyé mi rostro contra una de mis manos intentando que nadie se diera cuenta de la situación. En momentos así, agradecía y admiraba la entereza de Mariano y yo sólo me exigía mantenerme cuerda e íntegra. No podía dejarme vencer, él me necesitaba.

Y aun así, se preocupaba por mí.

"Te amo, te amo, y ... te amo.

Cerra los ojos y me vas a sentir a tu lado, mi amor.

Te admiro tanto, sos un padrazo y el amor de mi vida. Olvidate de lo demás y mima a tu principito por mí.

Beso de chocolate"

-¿Cómo está Marian? –sin darme cuenta, Leti había llegado hasta mí. Agradecía su preocupación totalmente sincera. Envié el mensaje a mi novio sosteniendo mi celular entre mis manos a la espera de una nueva respuesta.

-Bien, bah... bueno, no sé, lo que se dice bien... vos sabes. O no, ni yo sé cómo puede sentirse alguien en este momento, puedo intentarlo pero no me sale ponerme en su piel. Es difícil porque no soy mamá. Me siento una inútil. Él me puede. Es mi debilidad y no quiero que sepa que tan preocupada estoy por Milin, no me malinterpretes... -las palabras se me confundían y sonaban tan distantes a lo que realmente quería decir. –Amo a Milo, es una de las razones de vivir de Marian y yo sólo... Ni siquiera puedo ir al Sanatorio a estar con él. Pero... -solté todo el aire contenido arrastrando con él la angustia –hoy salió perfecta la segunda operación que es lo importante. Seguiré pidiendo para que no sea necesaria una tercera. Gracias por preguntarme, Leti, de verdad. Y perdona que te haya soltado todo esto, no te dejé hablar –medio sonreí.

-Sabes cuánto los quiero a ambos... y por la sonrisa que recién vi que tenías en tu cara cuando mirabas el celu, estuve segura de que se trataba de él.

-Sí, es un dulce. Con todo esto, me pidió que le avise cuando estemos llegando a Rosario.

-¿Es especial esta ciudad para ustedes, no?

Tu tierra y tu cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora